El Nástic-Málaga es, sin lugar a dudas, el partido más recordado por los blanquiazules en su historia reciente. Sin embargo, lejos de quedar en un grato recuerdo, sigue trayendo cola, pues Éder Mallo Fernández, árbitro de la contienda, se vio involucrado en una querella presentada por el club catalán alegando presunta corrupción deportiva. Es por ello que declaró durante la mañana del lunes en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Tarragona.
El castellanoleonés compareció después de haberse aplazado los dos primeros intentos, a principios de marzo y a finales de abril, a través una videoconferencia en la que afirmó «haber sentido miedo» por su integridad física durante el final del partido. El colegiado, que se limitó a responder las preguntas de la jueza y su abogada, aseguró haber sido «imparcial» y reconoció haber cometido «errores para los dos lados».
Aparece un nuevo testigo para declarar en la querella del Nàstic contra Eder Mallo
Mallo reconoció haberse reunido con Luis Medina Cantalejo, presidente del Cominté Técnico de Árbitros, unos días antes del partido de vuelta del play off de ascenso a Segunda División. De acuerdo con el trencilla, la intención de Medina Cantalejo en dicha cita consistía en transmitirle tranquilidad ante el importante duelo que acontecía.
El club tarraconense ha solicitado que el propio Medina Cantalejo declare como testigo, aunque el juzgado no ha admitido la solicitud y, por el momento, el sevillano no aparecerá de forma directa en el caso a pesar de que los granas han presentado un recurso para lograrlo.
Mallo Fernández recogió en el acta del partido que, una vez finalizado, recibió amenazas de muerte por parte de directivos, propietarios y jugadores del Nástic, golpeando hasta en 24 ocasiones la puerta de su vestuario, ante lo que debieron salir escoltados hasta sus vehículos y, posteriormente, en carretera hasta el hotel.