El deportista español de origen cubano Orlando Ortega, subcampeón olímpico en 110 metros vallas en los Juegos de Río de Janeiro de 2016, anunció este lunes su retirada profesional a los 34 años, explicando que «el sufrimiento tiene un límite», después de una sucesión de lesiones.
«El sufrimiento tiene un límite, no siempre se puede poner la salud en juego ni pasarlo mal por no poder hacer lo que tanto me apasiona. Una nueva lesión adelanta lo que ya era un objetivo en mi cabeza, retirarme en la pista al 100%. Lamentablemente, no pudo ser, pero me quedo con la satisfacción de haberlo intentado. Me despido de la alta competición, mas no del amor por este deporte», expresó el deportista en redes sociales.
El medallista de plata en 110 m vallas en Río de Janeiro cierra un capítulo «lleno de momentos inolvidables». «Me retiro con la cabeza en alto, orgulloso de mi carrera deportiva y sabiendo que, gracias a Dios, pude lograr lo que muy pocos han podido lograr dentro del atletismo. Me voy con ganas de seguir porque mi espíritu siempre ha sido y será el de un ganador y un gran competidor», dijo.
«Mi amor por este deporte es tan grande que sería capaz de sacrificar mi vida entera, pero no puedo seguir siendo egoista ni conmigo mismo, ni con mi familia, que también ha sacrificado mucho en busca de mi sueño, un sueño que ya he cumplido con creces pero las ganas de seguir no me dejaban darme cuenta de ello. He aprendido lo suficiente como para entender que, a pesar de haber sido por una lesión, este es el mejor momento para decir adiós», agregó en su comunicado.
Ahora, el deportista español de origen cubano disfrutará del atletismo «desde otro punto de vista». «Me llevo conmigo el orgullo de poder mirar hacia atrás y ver que he luchado con pasión, al igual que ahora miro al futuro con la misma intensidad e ilusión. Mentiría si dijera que no es el momento más difícil y doloroso de mi carrera deportiva pero todo pasa por algo, todo llega y todo termina», reflexionó.
«Lo único que quedará por siempre es todo lo que hemos logrado, me llena de orgullo pensar que, de tantos atletas que hay en el mundo, me tocó a mi la dicha de disfrutar de una carrera deportiva tan grande como la que he vivido. ¿Podría haber sido mejor? Sí, seguramente, no tengo la menor duda, pero es algo que ya no se sabrá jamás. De lo que estoy seguro es de que he dejado todo mi corazón en cada carrera, pero ahora es tiempo de que mi espíritu conquiste nuevos horizontes», escribió.
Fue nacionalizado hace una década
Ortega, que obtuvo la nacionalidad española en 2015, participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Rio 2016, y en Tokyo 2020 fue baja de última hora por una lesión en un entrenamiento en Japón; y se proclamó subcampeón de 110 m vallas en el evento disputado en la ciudad brasileña. Además, en su palmarés luce un bronce en el Mundial de 2019 y otro tercer cajón del podio en el Europeo de 2018, y se proclamó dos veces campeón de la Diamond League en 2016 y 2019.
«Quiero dar las gracias a toda mi familia y amigos, a mis padres por criar a un guerrero que nunca se ha dado por vencido, gracias porque con vuestro ejemplo y crianza he logrado ser la persona que soy hoy en día, estoy muy orgulloso de vosotros. A todos los que, de una forma u otra, han hecho posible este gran sueño», agradeció el ya exatleta.
También recordó en su mensaje a Artemisa, tierra que le vio nacer y donde dio sus primeros pasos. «Gracias mi pueblo por el apoyo desde lejos, pero siempre presente en mi corazón, cuna de grandes deportistas como Cristina Hechavarria Hechavarria: abuela, espero que en paz descanses donde quiera que estés. Cumplí mi promesa y puse mi nombre en la historia del atletismo. Mis medallas junto a las tuyas, tal y como prometí», rememoró.
Una carta llena de agradecimientos
«Gracias a la RFEA, al CSD, al COE por la oportunidad y por el apoyo siempre. A mi club de toda la vida, el Cava-Ontinyent, que hicieron posible que desde el primer día me sintiera parte de este gran proyecto. Mi segundo hogar, Ontinyent, un pueblo hermoso y lleno de calidad humana, me acogieron como uno más y lograron hacerme sentir como en casa, gracias por tanto cariño todos estos años», añadió.
Y se refirió a su psicóloga, Toñi Martos. «Has hecho un gran trabajo ayudándome con mi salud mental, sin tu ayuda estos últimos años, creo que ni esta carta hubiera sido capaz de escribir. Gracias por ayudarme a controlar mi mente y mis sensaciones antes, durante y después de cada carrera, comenzamos a trabajar justo cuando más lo necesitaba y para mi, esa fue también una gran victoria; planeamos terminar de otra manera, en la pista, pero el destino nos jugó una mala pasada», reveló.
«Millones de gracias a mis dos pilares fundamentales en toda mi carrera: gracias mi padre, Orlando Ortega, y a Antonios Giannoulakis. Perdonadme por darles tanto trabajo y más en esos días donde no podía ni mover los brazos, pero su exigencia y dedicación me hicieron más fuerte, me ayudaron a confiar cada día más», señaló.
Finalmente, tuvo palabras de agradecimiento hacia su esposa y su hija. «Os amo con locura al final lo hemos conseguido. Gracias a ti, he logrado la medalla más grandiosa de este mundo, el trofeo más valioso del universo, nuestra hermosa hija. Te amo, me siento muy orgulloso de ti y te pido perdón por los días de estrés y sufrimiento que has tenido que pasar. Prometo recompensártelo cada día, te amo. La leyenda continúa, aunque la historia de mi carrera deportiva se escriba en otro capítulo», concluyó.
Más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es