El FC Barcelona ha dado un paso casi definitivo hacia el título de LaLiga tras vencer en un trepidante Clásico al Real Madrid (4-3) en el Estadi Olímpic Lluís Companys. Lo que comenzó como un naufragio para los azulgranas se transformó en una remontada épica, en un partido que lo tuvo todo: goles, alternativas constantes, polémicas arbitrales y un ambiente eléctrico en las gradas.
El inicio fue demoledor para los locales. El conjunto blanco golpeó primero con un doblete de Kylian Mbappé antes del cuarto de hora. El delantero francés adelantó a los suyos desde el punto de penalti en el minuto 5 y repitió apenas nueve minutos después tras aprovechar un balón al espacio servido por Vinícius Jr. Todo apuntaba a una noche negra para los azulgranas, pero la reacción no se hizo esperar.
Con siete puntos de ventaja y solo nueve en juego, el Barça tiene el título al alcance de la mano
Eric García recortó distancias con un impecable remate de cabeza a la salida de un córner (19’) y, a partir de ahí, el vendaval azulgrana fue imparable. Lamine Yamal igualó el marcador en el 32’ con una jugada individual espectacular y Raphinha volteó el resultado en dos minutos mágicos (34’ y 45’), llevando la locura a las gradas de Montjuïc.
La segunda parte mantuvo la tensión. El Real Madrid, herido pero no hundido, volvió a encontrar a Mbappé para firmar su ‘hat-trick’ en el 70’ y poner de nuevo el duelo al rojo vivo. Los últimos minutos fueron de infarto: Fermín anotó un quinto gol para los locales que fue anulado tras revisión del VAR por una mano previa. El Madrid también vio cómo se invalidaba un posible tanto del empate por fuera de juego, y la polémica siguió tras una posible mano de Tchouaméni no sancionada en área blanca.
El Barça, imparable en los Clásicos de esta temporada
Los cambios de ambos técnicos y la fatiga condicionaron el tramo final, pero el Barça resistió las últimas embestidas de los de Carlo Ancelotti. Con este resultado, los azulgranas amplían su ventaja al frente de la clasificación a siete puntos, a falta de solo tres jornadas para el final del campeonato.
El encuentro no solo dejó goles y espectáculo, sino que también ofreció momentos de tensión en los banquillos y sobre el césped, aunque sin que la rivalidad se desbordase en acciones violentas. La grada, por su parte, despidió a los suyos entre cánticos de celebración que rozaban ya el sabor del alirón. Con el triunfo, el Barça confirma su hegemonía ante el eterno rival esta temporada, sumando su cuarta victoria consecutiva en los enfrentamientos directos. La Liga parece, salvo sorpresa mayúscula, teñirse de blaugrana.