El Real Betis ha intensificado los movimientos en su planificación económica con el objetivo de cerrar el ejercicio fiscal 2024-25 sin pérdidas. Para ello, la dirección del club ha apostado por una vía de ingresos progresiva, basada en ventas menores que, sumadas, pueden permitir alcanzar el equilibrio presupuestario sin recurrir a la salida de sus jugadores más cotizados.
El presupuesto inicial contemplaba algo más de 40 millones de euros en ingresos extraordinarios por ventas. Una cifra que se ha ido reduciendo gracias a operaciones ya cerradas, como la venta de Assane Diao en enero, y a los ingresos superiores a lo previsto por la participación en la Conference League.
Cesiones con compra y traspasos
La estrategia verdiblanca se ha apoyado desde enero en una serie de operaciones de menor envergadura pero de ejecución segura. Entre ellas, destacan las cesiones con obligación de compra de Rui Silva y Juanmi, que reportarán al club 4,7 y 1,2 millones de euros, respectivamente.
A estas cifras se suman las negociaciones avanzadas para el traspaso de Mendy al PSV por unos 4 millones, así como la venta de Álex Collado a un equipo de Qatar por 2,5 millones, aunque con parte del ingreso destinado al FC Barcelona por derechos previos. También se mantienen conversaciones con el Celta por jugadores como Borja Iglesias e Iker Losada, que podrían desbloquear más ingresos en las próximas semanas. Además, la más que posible salida de William Carvalho, aliviaría la masa salarial teniendo en cuenta el elevado sueldo que percibe el portugués.
Por otra parte, el Betis aún mantiene un 40% de los derechos de Juan Cruz. Jugador propiedad del CD Leganés, que ha llamado la atención de varios clubes de primera gracias a su rendimiento. Por lo tanto, en caso de que el extremo salga de nuevo traspasado, los verdiblancos se llevarían un pellizco considerable por la operación.
Modelo de ventas escalonadas
En lugar de esperar una gran venta antes del 30 de junio, el club ha optado por un modelo de ventas escalonadas que le permita preservar a sus principales activos. Esta política financiera busca mantener una posición de fuerza en el mercado y no tener que aceptar ofertas a la baja por futbolistas con alto potencial de revalorización.
Así, aunque existen intereses importantes por jugadores como Johnny Cardoso o Jesús Rodríguez, en la planta noble del Benito Villamarín no se contempla facilitar su salida si no llegan propuestas que realmente reflejen su valor.
Una estrategia calculada
El plan verdiblanco pasa por cerrar el ejercicio en positivo sin necesidad de debilitar su plantilla. A través de un goteo de traspasos ya activado, el club quiere cubrir sus necesidades financieras inmediatas y abordar el mercado de fichajes desde una posición más sólida.
La dirección económica considera que la acumulación de estas operaciones menores permitirá aliviar la presión presupuestaria y reforzar el proyecto deportivo sin comprometer la competitividad del equipo.
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