La emoción se podía sentir en cada rincón del Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin. Allí, entre miradas de asombro, se ha presentado una terapia que está cambiando vidas: el exoesqueleto pediátrico ATLAS 2030, una joya tecnológica desarrollada por la empresa española Marsi Bionics. Este dispositivo, único en el mundo, permite a niños y niñas con parálisis cerebral y otras discapacidades motoras ponerse en pie y dar pasos que, hasta ahora, parecía imposible.
El Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin se convierte así en el primero de Sevilla en incorporar este avance a sus terapias. En toda Andalucía, solo existen tres unidades de este tipo. Por el momento, cuatro menores se benefician ya del programa en las dependencias de la hermandad del Miércoles Santo, y se espera ampliar pronto el número de pequeños que podrán disfrutar de esta oportunidad.
El hermano mayor de esta corporación, Carlos Pérez, no ha ocultado su emoción al presentar el proyecto: “El centro lleva ya 43 años, y cada año vamos avanzando en lo que podemos. Somos una hermandad pequeña, franciscana, pero intentamos evolucionar a nuestro ritmo. Gracias a un benefactor hemos podido contar con este aparato, porque por nuestros propios medios no habría sido posible”.
“Mi niño tiene otra perspectiva de la vida”
Entre los beneficiarios de esta innovadora tecnología se encuentra Arbel, un niño de once años con parálisis cerebral. Su madre, Roxana Condori, relata cómo el exoesqueleto ha transformado la vida de su hijo: “Gracias a esta máquina mi niño tiene otra perspectiva. Él mira desde otro ángulo la vida y es una alegría para él poder dar un paso, otro paso. Me pide que llegue el viernes, porque sabe que es el día de su sesión. Es un cambio de vida, una alegría para él y para nosotros verlo así”.
“Los padres antes sonreían con los tratamientos que ya teníamos, con la fisioterapia o las logopedas. Pero ahora sonríen mucho más. Este aparato es un paso de gigante, y para nosotros es un orgullo inmenso poder ofrecerlo”, explica Carlos Pérez.
En el Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin cada paso que dan estos niños es también un paso de fe y de ciencia. Detrás de cada avance hay una historia de lucha, de esperanza y de manos que se unen para hacer posible lo que antes parecía un sueño.
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