Hay un chiste de esos de los que llaman de ‘cuñao’ que ha ganado terreno en las redes sociales en los últimos años: dice que ‘Dimitir’ en España un nombre ruso. Se aplica a la resistencia que hay en España a dejar un cargo cuando la gestión no ha sido la correcta. Lo cierto, es que en los últimos años, dirigentes en diferentes instancias de la política o la vida económica y social han aprendido a entender que la voracidad de la vida actual hace que los temas vayan empujando unos a otros y la presión vaya cambiando de bando. El adiós de la consejera de Salud andaluza, Rocío Hernández, vuelve a poner el debate sobre la mesa ya que de forma coetánea la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha resistido a las críticas por los fallos en las pulseras antimaltrato. «En España nadie dimite, en Andalucía, somos distintos», ha recalcado Juanma Moreno.
Los que sí han resistido
La titular de la parcela sanitaria en Andalucía no ha podido resistir a la crisis de los cribados, que ya está desatando una ola de protestas y de posibles querellas por diferentes provincias. Es probablemente uno de los grandes aprietos que ha tenido que asumir Juanma Moreno durante los siete años del PP al mando de la Junta de Andalucía. Aunque, contrasta con que la ministra de Igualdad, la socialista Ana Redondo, no haya puesto su cargo a disposición después del escándalo de las pulseras antimaltrato.
Ana Redondo y Carlos Mazón son el paradigma de políticos resistentes a una crisis profunda en su marco competencial
También ha soportado durante un año la presión, Carlos Mazón, que en breve asistirá al aniversario de unas danas que han sido una de las grandes catástrofes naturales de España en este siglo. Muchos ciudadanos ponen sobre sus hombros la responsabilidad de no haber actuado a tiempo con las lluvias torrenciales mientras comía en El Ventorro. De hecho, ha habido manifestaciones multitudinarias en la Comunidad Valencia ante las que no ha dimitido.
Las renuncias por falsear los títulos
Por el contrario, sí fueron sonadas las renuncias recientes de Noelia Núñez, del PP, y del comisionado del Gobierno para la Dana, José María Ángel Batalla, por falsear sus títulos académicos. En los últimos tiempos son los más sonados de unas dimisiones que caen a cuentagotas. El debate está servido.