Benalmádena ha dado un paso estratégico hacia el futuro con la constitución de su Observatorio Turístico, un órgano participativo que reúne a empresarios hoteleros, comerciantes, expertos y agentes sociales para impulsar un modelo turístico más sostenible y de calidad.
En su primera reunión, bajo la coordinación de Juan Carlos Cabrera, el observatorio ha identificado de inmediato una prioridad clara: la remodelación integral del entorno del Castillo El Bil-Bil, uno de los símbolos más reconocibles del municipio y postal icónica de la Costa del Sol. Las propuestas que han surgido son tan ambiciosas como concretas. Se plantea eliminar la mediana en un tramo cercano al castillo para ampliar las aceras y favorecer la circulación peatonal en dirección sur-norte.
Renovación del entorno
También se apuesta por sustituir el alumbrado público por sistemas más eficientes y sostenibles, y renovar la actual balaustrada por otra de acero, al estilo del paseo marítimo, unificando la estética litoral. Además, el observatorio propone transformar los aparcamientos de zona azul frente al castillo en zonas de subida y bajada de pasajeros, lo que facilitaría el acceso a la playa y descongestionaría la circulación estival.
También se planea soterrar los contenedores de residuos, reduciendo su impacto visual, e instalar una mampara ornamental o informativa en la rotonda de Las Palmeras para embellecer el paisaje y ocultar elementos discordantes.
Desde el punto de vista urbano, el Observatorio reclama uniformizar las fachadas comerciales de la zona según la última ordenanza municipal, con el fin de lograr una imagen coherente y atractiva. Y no menos relevante: negociar con la propiedad para poner a disposición pública una plaza privada contigua al hotel Las Arenas, convirtiéndola en un espacio de ocio y descanso abierto a residentes y turistas.
Un nuevo futuro
Este nuevo observatorio aspira a ser mucho más que un grupo puntual. Su finalidad es consolidarse como un órgano consultivo permanente, capaz de generar análisis rigurosos y propuestas útiles para fortalecer la competitividad de Benalmádena como destino turístico moderno, inclusivo y atractivo.
El timing de estas ideas coincide con la reciente licitación del proyecto de rehabilitación del propio Castillo El Bil-Bil por un valor aproximado de 827.000 euros, con fondos del Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos y recursos propios del consistorio.
Se prevé que las obras no solo restauren la estructura, sino que también modernicen su eficiencia energética, renueven fachadas y cubiertas, e incluso transformen el edificio anexo para alojar una oficina de información turística con un diseño contemporáneo. El Castillo Bil-Bil, construido en 1927, es mucho más que un monumento: alberga la oficina de turismo de Benalmádena y se ha convertido en un referente cultural y simbólico para el municipio.
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