El Papa León XIV protagonizó este jueves 25 de diciembre un momento histórico al oficiar la misa matutina de Navidad en la Basílica de San Pedro, convirtiéndose en el primer pontífice en hacerlo desde Juan Pablo II hace más de treinta años. Durante la celebración, el Santo Padre dirigió un emotivo llamamiento recordando el drama humanitario que viven los habitantes de Gaza y los millones de desplazados en todo el mundo.
El pontífice centró parte de su mensaje en la situación de vulnerabilidad extrema que atraviesan numerosas poblaciones. «¿Y cómo no pensar en las tiendas de Gaza, expuestas desde hace semanas a las lluvias, al viento y al frío, y en las de tantos otros desplazados y refugiados en cada continente, o en los refugios improvisados de miles de personas sin hogar en nuestras ciudades?», planteó ante los fieles congregados.
El Pontífice celebró por primera vez en más de tres décadas la misa matutina navideña en San Pedro, con un llamamiento contra la guerra y el sufrimiento
Durante la homilía, León XIV proclamó un mensaje de esperanza: «Ha amanecido un nuevo día» y «también nosotros formamos parte de este nuevo comienzo, aunque pocos todavía lo crean: la paz es real y ya está entre vosotros». El Pontífice insistió en que la paz no es una utopía lejana, sino una realidad presente que debe construirse desde el corazón.
Contra la guerra
El Santo Padre denunció con contundencia la «fragilidad» de la carne humana que padecen las víctimas de los conflictos armados. Recordó especialmente a los jóvenes forzados a empuñar armas, «que en el frente sienten la insensatez de lo que se les pide y las falsedades que llenan los discursos pomposos de quienes los envían a la muerte».
León XIV subrayó que la Navidad impulsa a la Iglesia hacia una renovada dimensión misionera. «Este es el camino de la misión: un camino hacia los demás», afirmó el Papa, quien conectó este llamamiento con el espíritu del Concilio Vaticano II.
Según el Pontífice, la renovación conciliar solo dará frutos «si caminamos juntos con toda la humanidad»
El Papa concluyó su homilía con una reflexión sobre la conversación como herramienta de paz. «El movimiento de la Encarnación es una dinámica de conversación», señaló. «Habrá paz cuando nuestros monólogos se interrumpan y cuando, enriquecidos por la escucha, nos arrodillemos ante la humanidad del otro». La misa, celebrada en horario matutino, marcó un hito histórico en las tradiciones navideñas vaticanas tras más de tres décadas.
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