Bochorno en La Vuelta ciclista. No hubo himnos, ni confeti, ni la clásica foto con los ganadores alzando los brazos en un escenario monumental. Al menos, no faltó el clásico champán de las celebraciones. Para cerrar esta caótica edición, tres ciclistas exhaustos se subieron a unas neveras portátiles en medio de un aparcamiento mal iluminado de un hotel, rodeados de miembros del equipo, se repartieron los premios ellos mismos y, todo esto, acompañados de un altavoz a ritmo de la mítica canción ‘Eye of The tiger’. Día para olvidar o para lo contrario por lo extraño.
Cancelada la última etapa de La Vuelta: graves altercados en el Centro de Madrid
La que ya es considerada por muchos como la edición más accidentada de la Vuelta a España terminó este domingo con una estampa inédita y difícil de olvidar. Ya no solo para el ganador, sino para el resto de ciclistas y aficionados al deporte. El caos comenzó mucho antes de la ceremonia. La Vuelta a España ya quedó «casi» sentenciada en la penúltima etapa en la que se vivió un peligroso episodio en un intento de cortar la calle por parte de los manifestantes contra Israel, que coge más fuerza por la participaciónd el equipo Israel-Premier Tech, y en apoyo de Palestina.
Admin’s going full speed with dropping footage from this unforgettable Vuelta ceremony! pic.twitter.com/7Qu8MrJ3eP
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) September 14, 2025
Y cayó la gota que colmó el vaso. La organización de la Vuelta Ciclista a España canceló la última etapa por el centro de Madrid después de que manifestantes propalestinos cortasen y bloquearan varios tramos del recorrido, donde hubo lanzamiento de objetos y cargas policiales en una jornada que ha terminó con 22 agentes heridos y dos detenidos. Esta edición acabó de forma abrupta a unos 56 kilómetros de la meta debido a los disturbios que se han que se produjeron en la capital.
La última etapa, cancelada por motivos de seguridad
A pesar de la noticia, a partir de las 18.00 horas, las manifestaciones siguieron sucediendo en las calles de la capital, con cientos de personas avanzando desde la Plaza de Callao y a lo largo de la Gran Vía hacia Cibeles, dónde se encontraba la meta programada de la etapa. Los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado se han reubicado para tratar de contener a esa masa de manifestantes y conducirlos poco a poco hacia Atocha. Por su parte, José Luis Martínez-Almeida, alcalde del Madrid, ha admitido en el programa ‘En Boca de todos’ que el «dispositivo policial era insuficiente».

El vencedor, que sumaba así su primera gran vuelta, trató de restar hierro a la situación: “Nunca había ganado nada tan grande de pie sobre una nevera. Quizás sea un buen símbolo de lo que hemos vivido estos días”. Los demás integrantes del podio también se tomaron la escena con humor, posando sonrientes ante los equipos y un puñado de aficionados que habían conseguido acceder al aparcamiento.
Desde la organización, que aún no ha ofrecido explicaciones detalladas más allá de que se ha cancelado por «motivos de seguridad», se limitan a calificar la improvisada ceremonia como “una solución de emergencia”. Sin embargo, el episodio deja un final tan surrealista en una carrera que será recordada, más que por el ciclismo, por el cúmulo de accidentes, protestas y riesgos en la seguridad de los ciclistas que han marcado de principio a fin esta edición.