El espíritu de la Navidad deja cada año acciones solidarias que significan mucho para las personas que lo necesitan. Uno de los encargados de adornar un poco más estas fechas tan especiales es Eduardo Oliva. Se trata de un deportista, que practica el paratriatlón y que acostumbra a dejar gestos de enorme calibre como el que ha realizado para estas navidades. El malagueño ha conseguido 150 menús para la ONG los Ángeles Malagueños de la Noche. Para ello debía cumplir con un reto solidario a través del cual conseguiría un menú por cada 100 metros.
«Pedí a diferentes empresas que colaboraran en mi misión. Por cada 100 metros nadando, una empresa me donaba un menú», ha explicado. En total fueron seis horas practicando este deporte, llenas de esfuerzo y ganas, y el resultado ha superado con creces sus expectativas.
«Siempre hago retos solidarios, soy como una especie de Papá Noel. La barba ya me está saliendo blanca», ha añadido entre risas el nadador. Además de él, múltiples voluntarios se han sumado a la jornada, como Beatriz Sánchez, que a través de su fundación ha donado unos 100 menús. «Es un día duro, pero la labor del voluntario es muy necesaria», ha indicado el deportista.
No es el primer reto que realiza estas navidades, el malagueño participó en una donación de pizzas en Fuengirola y es voluntario del comedor social Ángeles de la Noche. A pesar de todas las labores sociales que realiza, el nadador no está satisfecho, y todavía busca más retos en los que ayudar. «Si conocéis alguno no dudéis en pasármelo», ha confesado con una amplia sonrisa uno de los malagueños que año tras año deja acciones solidarias que son más que agradecidas en estas fechas donde la soledad y la necesidad suponen el verdadero Grinch de la Navidad.
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