El tiroteo ocurrido el 8 de noviembre en Isla Mayor reveló la existencia de una compleja infraestructura de narcotráfico en el municipio y sus alrededores. Durante una operación de vigilancia sobre un alijo de hachís, al menos cuatro personas armadas atacaron a cinco agentes de la Policía Nacional, dejando a uno herido de gravedad.
El policía alcanzado recibió un disparo en el abdomen, probablemente de un fusil AK-47, mientras sus compañeros resultaron con lesiones leves al ponerse a salvo. El agente fue trasladado de inmediato al hospital Virgen del Rocío y la zona fue asegurada por unidades especiales.
Grave un policía tras un tiroteo durante una operación antidroga en Isla Mayor
Tras el ataque, la Policía registró varias naves en la carretera del Toruño y otras ubicaciones próximas, encontrando 4.500 kilos de hachís en total y material utilizado para el tráfico fluvial de droga, como garrafas de gasolina, embarcaciones y vehículos robados. Las operaciones han confirmado la existencia de una red organizada para almacenar y distribuir drogas.
Para controlar la situación, se desplegaron unidades de élite, incluyendo el GOES y los GEO de Guadalajara, junto a negociadores ante la posibilidad de que los atacantes permanecieran atrincherados. Las inspecciones continuaron en días posteriores, extendiéndose a zonas de Villamanrique de la Condesa, aunque los autores del tiroteo aún no han sido localizados.
Antecedentes violentos
El incidente se enmarca en un patrón de vuelcos frecuentes entre bandas de narcotraficantes de Sevilla, enfrentamientos violentos por el control de alijos que a menudo involucran armas de guerra. En los últimos años, la provincia ha registrado varios homicidios vinculados a robos de droga y venganzas entre clanes, algunos de ellos utilizando fusiles Kalashnikov.
Ubicado junto al río Guadalquivir, Isla Mayor se ha convertido en un punto clave para el tráfico de hachís por su cercanía a rutas fluviales y por la dificultad de vigilancia de sus extensas zonas llanas. El alcalde Juan Molero ha lamentado que hechos como este afecten la imagen de un municipio conocido por la pesca y el cultivo de arroz.
Problemas de control
No es la primera vez que el pueblo aparece en operaciones contra el narcotráfico. En 2017, agentes de la Guardia Civil fueron detenidos por colaborar con una organización criminal que almacenaba droga en propiedades de la zona, facilitando información sobre patrullas y accesos a embarcaderos ilegales dentro de áreas protegidas.
El subdelegado del Gobierno en Sevilla ha reconocido que los narcotraficantes operan con creciente peligrosidad, mientras los sindicatos policiales demandan más personal, equipamiento y entrenamiento especializado para enfrentarse a bandas armadas con tácticas paramilitares.
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