La Zona de Bajas Emisiones -en adelante, ZBE- sigue siendo uno de los grandes temas de debate en los distintos puntos de la geografía mundial. Si bien es cierto que no todos han optado por seguir esta denominación, casi todas las grandes potencias tienen en común su objetivo de mirar hacia el futuro y acabar con la contaminación en las grandes urbes. Al menos, esa es la idea que se defiende. Los grandes perjudicados son aquellos poseedores de vehículos antiguos, quienes ya abonan multas por sobrepasar las zonas establecidas. Eso sí, existen grandes diferencias entre unos y otros países.
Existen no sólo diferencias entre países, sino entre las propias ciudades
Sin ir más lejos, en España, uno de los pioneros en este aspecto, son los ayuntamientos quienes ponen sus propias restricciones. Madrid, que inició todo este proceso allá por el año 2018 ante la gran contaminación de su centro histórico, prohíbe su acceso a aquellos que desean traspasar su ZBE y que su vehículo contenga una etiqueta ‘B’. Sin embargo, en San Fernando, esta restricción sólo se lleva a cabo en horario nocturno. Aquellos que infrinjan las normas establecidas, recibirán una penalización de 200 euros de multa.
En Estados Unidos, Nueva York ha implementado un novedoso peaje urbano que confronta frontalmente contra la idea de Donald Trump, presidente del país, quien se opone por completo a esta medida. En su presentación, la gobernadora demócrata del estado, Kathy Hochul, anunció precios de hasta 15 dólares a los coches que deseen acceder a estas áreas. Como era de esperar, se han reducido las expectativas, con 9 dólares para los coches y de 4,50 dólares para las motos.
Por su parte, en Alemania, además del requisito de una etiqueta de emisiones, algunas ciudades han implementado prohibiciones para el diésel . Estas regulaciones también excluyen los vehículos diésel relativamente nuevos que sí pueden optar a una etiqueta de emisiones verde. Son los casos de Munich, Stuttgart y Darmstadt.
Desde septiembre de 2024, París endureció las condiciones para los propietarios de vehículos SUV. El Ayuntamiento aprobó tarifas de estacionamiento más altas para este tipo de coches, argumentando que ocupan más espacio en la vía pública, generan más emisiones y dificultan la movilidad peatonal y ciclista.
Las tarifas de aparcamiento para los todocaminos serán el triple de caras que para el resto de vehículos, alcanzando un precio de 18 euros la hora en el centro de la ciudad y de 12 euros la hora en el resto de París.
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