La realidad siempre supera a la ficción, incluso cuando tu equipo juega su primera final europea. Eso mismo debieron pensar los tres aficionados del Real Betis que han pasado cerca de cuarenta horas en un calabozo de Breslavia.
Esta historia comienza alrededor de las 05.00 horas de la madrugada del martes al miércoles, momento en el que un grupo de cuatro amigos béticos salían de una discoteca local. Desde ese instante hasta las 12.30 horas del mediodía del miércoles, según nos revela la pareja de uno de ellos, nadie del entorno de estos aficionados sabía el paradero de estos béticos.
Pasado el mediodía, el hermano de uno de los implicados tuvo la oportunidad de hablar con su familiar encarcelado. Este bético fue el único que pudo hacer una llamada con sus conocidos, algo que evidentemente generó el malestar de las otras dos familias implicadas.
Una vez conocida la situación, los familiares de estos jóvenes comenzaron a contactar con la Embajada de España en Polonia. Tras las gestiones pertinentes, los allegados conocieron en qué comisaría policial estaban estos béticos, que lejos de poder ver la primera final europea de su equipo tendrían que estar muchas horas encerrados en Breslavia.
Juicio en Breslavia
Gracias a las coincidencias de la vida y a una conocida en común los tres béticos afectados, los familiares pudieron contactar con un traductor. Y precisamente, la ayuda de este polaco ha sido fundamental en el juicio rápido que han tenido en la jornada de este jueves a eso de las 16.30 horas.
Las autoridades polacas acusaron a estos tres aficionados del Real Betis Balompié de llevarse cinco banderas con el logo de la UEFA Europa Conference League y cinco mástiles con un valor total de 2.152,50 PLN, lo que equivaldría a unos 507 euros. En el juicio, el Tribunal consideró que la culpabilidad y el grado de lesividad no eran suficientemente significativos para sancionar a los sevillanos con una condena, pero sí con una multa de 500 PLN (117,86 euros) al Ayuntamiento de Breslavia y 100 PLN ( 23,57 euros )en concepto de tasa judicial, así como los costes del procedimiento.
Tras esta cita en los juzgados de Breslavia y cerca de cuarenta horas después, este grupo de amigos han podido salir de los calabozos. Eso sí, sin haber podido disfrutar de la previa de la final, ni del choque entre Real Betis y Chelsea, y por supuesto perdiendo los vuelos de vuelta a Sevilla.
Enfado e indignación
Los familiares de estos tres aficionados del Betis denuncian que, tanto la Embajada de España en Polonia ni el club verdiblanco, han mediado para solucionar una situación tan inverosímil como surrealista. Estos sevillanos del barrio de Triana esperan que todo se aclare en los próximos días y sobre todo, buscarán la forma de subsanar el daño causado durante lo que parecía que iba a ser un viaje de ensueño y terminó siendo una auténtica pesadilla.
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