El fichaje de Adrián Niño pone fin a siete años sin traspasos en el Málaga. Siete temporadas en las que el conjunto malaguista no ha pagado por hacerse en propiedad por un futbolista. Los últimos precedentes la verdad que no son muy buenos, pero Niño llega en una operación con un coste no muy alto y es un jugador de mucha proyección.
La última vez que el Málaga CF pagó un traspaso fue en la campaña 2018-19, donde se llevó a Boulahroud por 600.000 euros. Lo hizo por un mediocentro que provenía de Marruecos y que estaba recomendado por el exmalaguista Baha, que convenció a Caminero y Muñiz. No llegó a 30 partidos ligueros entre las dos temporadas y mínima parte de una tercera.
En la temporada 2017-18, la anterior, hay dos casos: Rolón y Cecchini, los sustitutos supuestos de Camacho y Fornals. Por el primero se pagó 3.2 millones de euros, mientras que la operación del segundo asciende hasta los 4 millones, uno más en variables y un porcentaje de futura venta. No suman ni 25 partidos entre ambos y se marcharon con más pena que gloria.
Una temporada antes, en la 2016-17, hay otros dos traspasos. Se trata de Keko Gontán y Michael Santos. El primero costó 5 millones de euros y el uruguayo algo menos; 4,6 millones. Keko jugó medio centenar de encuentros, pero a un nivel muy lejano de lo que se esperaba y debería ser acorde a su traspaso. No marcó goles y dio seis asistencias. Santos por su parte, marcó cuatro goles en 16 partidos. Algo mejor, pero su relación con la afición no era la mejor y el Málaga no pudo hacer buena la inversión, aunque recuperó una pequeña cantidad al ser traspasado al Copenhagen.