La decisión del Ayuntamiento de Málaga, junto con la Diputación y la Junta, de renunciar oficialmente a ser una de las sedes del Mundial de Fútbol 2030 ha provocado una tormenta política en la ciudad. Los grupos de la oposición han arremetido contra el alcalde Francisco de la Torre, calificando la decisión de «fraude político» y «traición al malaguismo», mientras exigen responsabilidades por lo que consideran «un fiasco anunciado».
El debate alcanzará su punto álgido el próximo jueves 24 de julio a las 11.30 horas, cuando se celebre el pleno extraordinario sobre el estadio de La Rosaleda y el estadio de atletismo solicitado por el Grupo Municipal Socialista. El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Daniel Pérez, ha sido especialmente contundente al calificar la renuncia como «fraude político en toda regla». Según Pérez, el alcalde «ha sido preso de sus propias mentiras» y ha conducido la situación «a la negativa a remodelar el estadio para la cita mundialista».
El PSOE habla de «fraude político en toda regla», Con Málaga lo define como un «fiasco anunciado» y Vox lo valora de «ridículo internacional»
«La inclusión de Málaga como sede del Mundial fue un compromiso electoral del propio De la Torre, anunciado a bombo y platillo durante la campaña de las municipales de 2023, con el respaldo de las tres administraciones gobernadas por el Partido Popular», ha recordado el portavoz socialista, quien considera que «todo fue humo» y califica la situación como «una estafa electoral que ha terminado en traición al sentimiento malaguista».
El dirigente socialista ha revelado que el alcalde «sabía desde hace meses que, por problemas de cimentación, el Estadio de Atletismo no podía albergar las 26.000 localidades prometidas», pero «optó por mentir y dejar pasar el tiempo hasta conducirnos a esta renuncia vergonzosa».
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Con Málaga incide en otro proyecto fallido
Desde Con Málaga, el portavoz Nicolás Sguiglia ha calificado la renuncia como «fracaso rotundo» de un proyecto que «solo era humo». Sguiglia ha enmarcado este desenlace dentro de «una larga lista de fracasos promovidos por el alcalde», citando como antecedentes la candidatura fallida de Málaga como Capital Europea de la Cultura en 2016, la frustrada Expo 2027 y otros proyectos internacionales como la Copa América de vela.
«El alcalde ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: propaganda. Es un especialista en el simulacro, en crear titulares y vender la marca Málaga mientras descuida lo más importante: gestionar con rigor», ha criticado Sguiglia, quien ha exigido «transparencia sobre ese gasto» público destinado al proyecto.
Por su parte, la portavoz adjunta Toni Morillas ha responsabilizado al alcalde de «empecinarse en un proyecto de remodelación de La Rosaleda que era un pelotazo imposible de realizar y envuelto de opacidad y mentiras». Morillas ha acusado a De la Torre de «no asumir las responsabilidades por su negligencia» y de «tirar balones fuera culpando a la afición por la decisión de la renuncia».
Vox lo considera un «nuevo ridículo internacional»
Vox Málaga ha criticado duramente lo que considera «el nuevo ridículo internacional del PP», lamentando que «lo que el alcalde intentó presentar como un gesto de responsabilidad no es más que la constatación de un fracaso político e institucional sin precedentes».
La formación ha establecido una comparación con otros grandes eventos: «Barcelona acogió los inolvidables Juegos Olímpicos de 1992, Sevilla brilló en la Expo Universal de 1992, Granada fue sede del Campeonato del Mundo de Esquí Alpino en 1996 ¿y Málaga? Málaga se borra. Málaga renuncia. Málaga retrocede».
El pleno extraordinario del próximo jueves se presenta como otro momento de gran expectación para que el alcalde, Francisco de la Torre, abunde en sus explicaciones y ofrezca más detalles sobre los motivos que le ha llevado a tomar una decisión decepcionante, como es renunciar a participar en la organización de un Mundial de fútbol.