La XVIII edición del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas alcanzó su punto álgido en La Malagueta con una tarde que combinó el arte taurino con la preocupación por la integridad física de los toreros. Más de 5.000 aficionados llenaron los tendidos para presenciar una jornada que quedará grabada tanto por la calidad del toreo como por el infortunado percance que sufrió Manuel Domínguez.
El festejo se torció cuando el representante de la Escuela Taurina de Sevilla, Manuel Domínguez, sufrió una aparatosa voltereta al recibir con el capote al tercer novillo de la tarde. Tras ejecutar dos verónicas rodilla en tierra y otras dos de pie, el astado lo arrolló provocándole una caída que le causó un traumatismo craneal. Semi inconsciente, fue trasladado inmediatamente a la enfermería y posteriormente al hospital para realizarle pruebas complementarias.
Un traumatismo craneal aparta al sevillano Domínguez de una final que acabó en mano a mano
Este percance, que se produjo apenas 24 horas después de la grave lesión vertebral sufrida por Daniel Artazos, ensombreció momentáneamente una tarde que estaba llamada a ser memorable por motivos muy diferentes. La lesión de Domínguez convirtió el festejo en un improvisado mano a mano entre Ignacio Garibay, de la Escuela de Madrid, y el malagueño Manolo Martínez, representante de la institución local. Ambos jóvenes toreros respondieron con valentía y entrega, ofreciendo un espectáculo de primer nivel que hizo olvidar temporalmente el drama vivido minutos antes.
El mexicano Garibay demostró ser un torero curtido, con un repertorio técnico que sorprendió por su madurez profesional. Sus largas cambiadas a portagayola, la variedad en los lances de capa y su temple con la muleta le valieron el reconocimiento tanto del jurado como del público. En el último novillo incluso tomó los rehiletes, añadiendo espectacularidad a su actuación.
Martínez da la cara en casa
Por su parte, Manolo Martínez no quiso decepcionar a su público y mantuvo el tipo durante toda la tarde. El torero malagueño, que había destacado en la clasificatoria, volvió a demostrar sus condiciones naturales tanto en los dos novillos de buena condición como en el más complicado quinto, al que logró sacarle partido hasta conseguir el trofeo.
Los erales de Antonio López Gibaja ofrecieron un juego desigual pero globalmente satisfactorio
Sus dos salidas a portagayola y su entrega en los quites fueron los pilares de una actuación que le valió compartir la puerta grande con su compañero mexicano. Los erales de Antonio López Gibaja ofrecieron un juego desigual pero globalmente satisfactorio. Destacó especialmente el sexto, ‘Danés’, que fue premiado con la vuelta al ruedo tras mostrar una excelente condición para el toreo. Solo el quinto novillo, más rajado, destonó en un encierro que permitió el lucimiento de los jóvenes espadas.
La jornada concluyó con la emotiva salida a hombros por la puerta grande Manolo Segura de Garibay y Martínez, acompañados por el mayoral de la ganadería. Entre la multitud que les ovacionó destacaba la presencia de numerosos jóvenes y niños, una muestra palpable de que la cantera taurina malagueña sigue nutriéndose de nuevas generaciones. Ignacio Garibay, declarado ganador final del certamen, recibió de manos del presidente de la Diputación, Francisco Salado, el capote de paseo que le permitirá debutar con picadores en la Feria de Málaga 2026.
Ficha del festejo
Plaza: La Malagueta (Málaga)
Ganadería: Erales de Antonio López Gibaja
Toreros y trofeos:
- Manolo Martínez: oreja, oreja y dos orejas
- Ignacio Garibay: oreja, dos orejas y oreja
- Manuel Domínguez: lesionado
Incidencias: Final del XVIII Certamen Internacional de Escuelas Taurinas. Más de 5.000 espectadores. Tarde calurosa de agosto. Presidencia de José Luis Viera.
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