El Granada vuelve a las andadas. Dos encuentros consecutivos sin firmar las tablas -sirva el de Copa para engrosar el dato- era demasiados para el rey del empate en Segunda División. El conjunto rojiblanco dominó en esta ocasión y dispuso de ocasiones más que de sobra para dejar en la cuneta al Ceuta, equipo que lleva la irreverencia por bandera pero que, en el uno por uno, manifiesta las carencias de un recién ascendido. Bajo la batuta de Arnaiz, los de Pacheta controlaron el tempo del juego, aunque fue Pedro Alemañ quien orquestó el movimiento que descongeló el resultado. Un golazo, bien ajustado el tiro al poste, al que respondió Cristian Rodríguez con una falta magistral y la inestimable colaboración de Luca Zidane. Otro que volvió a las andadas. El reparto, al menos, no sabe tan mal fuera del descenso.
El pitido inicial cayó como un relámpago que electrizó el duelo, como si el mismísimo Thor hubiera hecho aterrizar su martillo en el centro del campo. Quiso adquirir el Ceuta el voltaje desde el arranque, mordido un golpeo de Bodiger nada más empezar, pero quien llevaba la corriente era el Granada. Se trastabilló primero Arnaiz, en un gambeteo malévolo, y después el talaverano se relamió tras una diablura de Álex Sola. Era gol, pero apareció Aisar para rebañar bajo palos y dejar a todo el estadio con el grito en los labios.
Las botas fosforitas del ex de Osasuna echaban chispas. Por ellas pasaba toda la electricidad rojiblanca. La traspasó con un mal control a Oscar Naasaei, que en un disparo poco ortodoxo asistió a Pascual, pero el banderín señalaba al cielo. Después descargó con la espuela para que el lateral culminara una obra de arte, pero no leyó sus intenciones. Faye sí anduvo fino y previó después el colapso ceutí en una salida asfixiada. Se quitó Carlos Hernández el balón de encima y lo capturó el senegalés, rapidísimo. Prolongó para Carlos Alemañ, que se giró como una peonza sin perder de vista la meta. Ajustó la mirilla, primero, y el golpeo a ras de hierba inmediatamente después, lejos del alcance de Guille Vallejo. Golazo y dedicatoria con corazón.
La diana rebajó la intensidad, aunque Arnaiz seguía a lo suyo. Golpeó con malafollá una falta escorada y Rubén Alcaraz metió el flequillo, sin posibilidad de dirigir un buen remate. El talaverano se descolgó después hacia el costado para enfilar el área y sacar el pase con tres dedos. Por el poste más alejado apareció Álex Sola, forzado para apretar el gatillo con la escopeta de la feria. En otra descarga, Souleymane Faye bailó sobre Aisar antes de pegarle con violencia, dura la palma de Guille Vallejo. Con la mirada desvió el remate inmediatamente posterior de Alcaraz en el córner.
No había un atisbo de reacción ceutí, pero un chispazo lo cambió todo. Kone sacó la cadena a Oscar Naasei, que respondió con una guadaña sin cálculo. Cristian Rodríguez acomodó la pelota y se vio poseído por el espíritu de Cristiano Ronaldo. Conectó un tiro seco, de parábola maquiavélica, al que contribuyó Luca Zidane con una inmovilidad impropia. Otro de bella factura, aunque este, con ayuda.
La intensidad fue a menos
Se marcharon los rojiblancos al entreacto con el ceño fruncido, pero lo que les venía no les permitiría tampoco cambiar el semblante. Arnaiz seguía eléctrico y guio otro ataque relámpago que Álex Sola estampó en un zaguero. Faye intentó después una aventura en el área, sin aliados que asestaran el golpe definitivo. Quien sí prendió la mecha del cañón fue Ramón Díez, que desde el balcón forzó el vuelo de Luca Zidane. En el córner, José Juan Romero puso a funcionar el laboratorio y produjo un nuevo envío al área que Carlos Hernández, con un giro de cuello, hizo aterrizar en el travesaño.
El palo los dejó a todos helados, además de congelar el juego. Se adentró el duelo en un tramo gélido, en el que las ideas se hacían nieve. Se le cuajó al Ceuta otra acción ensayada y se escapó Arnaiz con presteza. Abrió para la carrera de Alemañ, que sostuvo hasta que el talaverano hubo pisado el área. Controló y, con la punta de la bota, intentó superar a Vallejo, que se le hizo grande.
Pacheta sacó a Trigueros de la despensa, descanso para Rubén Alcaraz, y el Granada quiso desmelenarse. Pascual aceleró, escorado hacia la izquierda, y picó el pase para Arnaiz. Recortó el mediapunta para devolver y el almeriense la puso en órbita. Los de José Juan Romero se aculaban entretanto, espesos y sin brío. Reclutó el técnico a Zalazar, poco antes de que saltaran Gagnidze y Bouldini en los rojiblancos, pero ya se habían bajado los plomos. La última remesa ceutí, ya en el alargue, lo apagó todo. El Granada mantiene una posición plácida, aunque se le escapa la oportunidad de acercarse a la zona noble. Al menos, permanece desahogado.
Ficha técnica:
Granada CF: Luca Zidane; Oscar Naasei (Pau Casadesús, 56’), Manu Lama, Loïc Williams, Baïla Diallo; Rubén Alcaraz (Manu Trigueros, 73’), Pedro Alemañ (Luka Gagnidze, 82’); Álex Sola, José Arnaiz (Mohamed Bouldini, 82’), Souleymane Faye; y Jorge Pascual.
AD Ceuta: Guille Vallejo; Aisar Ahmed (Salvi Sánchez, 90+2’), Carlos Hernández, Diego González, Matos; Yann Bodiger, Cristian Rodríguez (Josema, 90+2’), Rubén Díez (Youness, 86’); Konrad De la Fuente (Zalazar, 78’), Kialy Kone (Redru, 90+2’) y Marcos Fernández.
Goles: 1-0: Pedro Alemañ, min. 18; 1-1: Cristian Rodríguez, min. 40.
Árbitro: Carlos Muñiz Muñoz, del comité aragonés. Amonestó a los locales Alemañ, Oscar Naasei, así como a los visitantes Marcos Fernández y Yann Bodiger.
Incidencias: encuentro correspondiente a la 17ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 13.478 espectadores, varios centenares de ellos hinchas del Ceuta. Dos aficionados, ubicados los sectores alto y bajo de Fondo Sur, requirieron asistencia médica durante el partido y fueron evacuados al Hospital Clínico San Cecilio.