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Chuki mete el susto en el cuerpo del Granada (2-1)

Las brujas ya se fueron pero los fantasmas continúan rondando al Granada. El conjunto rojiblanco es un ‘casi’ constante, la mitad del verbo ser, siempre a medio camino entre el despegue y el naufragio. En Pucela sacó al león de la jaula y se puso por delante, desatado por fin Pascual, pero se vino abajo cuando tocaba abrochar los puntos. Amath lo igualó todo tras el descanso, antes de que saltara al campo Chuki. No era el muñeco diabólico, pero salió puñal en mano y, desde los once metros, metió el susto en el cuerpo nazarí. Porque al equipo de Pacheta se le escapa otra oportunidad de escalar al tiempo que se le siguen resbalando entre los dedos las jornadas. Y si mira por debajo, todavía ver la Primera RFEF. Eso sí que da miedo.

El técnico burgalés ha dado con la tecla y un once que cumple, pero todavía tiene muchas lagunas. De poco sirven seis jornadas sin perder si en ellas solo ganas dos encuentros y pasas tres sin ver puerta. Frente al Valladolid pareció dispuesto a solventar los dos problemas de un plumazo, agitado desde el arranque, pero se disipó como la espuma. Los de casa, entretanto, se fueron creciendo hasta lograr tirar el muro.

No es que ninguno saltara al césped de Pucela con el motor revolucionado, sino más bien que todo se electrizó en un error grotesco. Apenas se habían tanteado los dos conjuntos cuando Zidane decidió que, guardado ya el disfraz de Halloween, era Navidad. Regaló un saque de puerta a Peter Federico, que rápido impulsó el ataque hacia Amath. El punta descargó y Latasa cargó el cañón, pero sin cálculo. Suspiraron los de franjas horizontales, aunque el susto les vino bien. Alguna chispa debió de escaparse del disparo, suficiente para prender la mecha de Álex Sola, que a poco que recibió el esférico, impactó con mala uva, ágil Guilherme Fernandes para alejar el peligro.

La cosa ya iba a todo gas y eran los rojiblancos quienes parecían liberar más adrenalina. Álex Sola insistía, con una volea que escupieron los pucelanos, en lo que Iván Alejo replicaba con un centro picado que Biuk cabeceó con inocencia. En estas, Manu Lama alzó la vista y escrutó el horizonte como si por ojos tuviera un escáner. Detectó la casi inadvertida carrera de Souleymane Faye al espacio y rompió cada línea vallisoletana con un pase venenoso. El senegalés caracoleó hasta que, casi por intuición, supo que había un aliado en el área. Sirvió a ras de hierba y Pascual hincó el colmillo, pero el banderín señalaba al cielo.

La celebración abortada no hizo más que despertar el instinto depredador del ariete, ese del que Pacheta lleva semanas hablando pero que tan solo había aparecido en Copa. Hasta este lunes. Se descolgó para tirar una pared con Faye, que se cansó de ir a rebufo de las tartanas y pisó a fondo el acelerador. Devolvió el esférico a Pascual, que apareció como un llegador académico para pisar área y soltar el zurdazo. El rugido, su primero en Liga, fue liberador.

Del bramido se hicieron pequeños los de Guillermo Almada, que no podían parar a Álex Sola. El Granada se desplegaba con malicia y el donostiarra estaba en todas, obligados los de casa a derribarle para contener su tenacidad, cerca de ver el cartón rojo Amath en una segada. Faye sacó los pasos prohibidos sobre la misma línea de fondo y Pascual enganchó el tiro, directo al travesaño. Un escalofrío recorrió Pucela, a la postre despertador de los blanquivioletas.

Verle las orejas al lobo pareció espabilar al Valladolid, o tal vez fue que al Granada le empezó a dar vértigo. Como Baïla Diallo reculaba, penetró Iván Alejo con el cuchillo entre los dientes, pero cruzó demasiado la puñalada. Los pucelanos enseñaban el aguijón, pero no picaban. Cedió con la frente David Torres en una falta y Javi Sánchez empalmó el remate como si hubiera llevado el 9 toda la vida, pero se le fue alto. Después probó él mismo el testarazo, ágil Luca Zidane para atrapar abajo la liebre y llevar a los nazaríes en ventaja a los vestuarios, aunque ya olía a chamusquina.

Descomposición tras el descanso

Regresaron adormecidos los de franjas horizontales y el anfitrión, ya necesitado, quiso aprovecharse. Con refresco en sus filas, Alejo tensó el envío para que Latasa concediera la asistencia. Amath llegó al remate, pero respondió felino el hijo de Zidane. El Granada entraba en descomposición y el paredón se empezaba a venir abajo de tanto balazo, hasta que pasó lo que se macaba. Ponceau lanzó la saeta pasada y, como nadie parecía quererla, Amath la pisó en el área. Amagó para quitarse de encima a cuantos soldados rojiblancos se le cruzaran y golpeó, mordido el tiro por tocar en Rubén Alcaraz, lejos del alcance de Luca en cualquier caso.

Brotaron los nervios entre los rojiblancos, que empezaron a temblar como un flan. Pacheta lo vio negro y acudió rápido a la despensa, en busca de un antídoto que evitara la desintegración. Le dio a su equipo una dosis de Pablo Sáenz y otra de Manu Trigueros, que parecieron devolver el duelo a su cauce, e incluso reactivar a sus compañeros, pero acabaron desquiciados. El Pucela no se cansaba y encontró el premio en un saque de banda largo. Lo quiso controlar Jorge Delgado, defectuoso el toque, y Manu Lama metió sin intención la mano. Penalti claro, que Chuki se pidió con los ojos inyectados en sangre. Lo tiró mal y Luca adivinó su intención, pero el palmeo no fue suficiente para sacarlo. Lo que restaba se esfumó entre rifirrafes, expulsado Diego Hormigo por una agresión a Iván Alejo, que le buscó con picardía. No mejora el panorama granadinista.


Ficha técnica:

Real Valladolid: Guilherme Fernandes; Iván Alejo, Javi Sánchez (Pablo Tomeo, 46’), David Torres, Guillermo Bueno; Peter Federico (Chuki, 84’), Ponceau, Juric, Biuk (Jorge Delgado, 46’); Amath Ndiaye (Adrián Arnu, 72’) y Latasa (Sergi Canós, 72’).

Granada CF: Luca Zidane; Pau Casadesús, Oscar Naasei, Manu Lama, Baïla Diallo (Diego Hormigo, 79’); Rubén Alcaraz (José Arnaiz, 90+1’), Sergio Ruiz (Manu Trigueros, 68’), Pedro Alemañ (Luka Gagnidze, 79’); Álex Sola (Pablo Sáenz, 68’), Souleymane Faye y Jorge Pascual.

Goles: 0-1: Jorge Pascual, min. 28; 1-1: Amath Ndiaye, min. 59; 2-1: Chuki, de penalti, min. 88.

Árbitro: Alejandro Ojaos Valera, del comité murciano. Amonestó a los locales Peter Federico, Amath y Ponceau, así como a los visitantes Sergio Ruiz, Pedro Alemañ, Rubén Alcaraz y Jorge Pascual. Expulsó con cartulina roja directa al visitante Diego Hormigo.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 12ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio José Zorrilla, ante 14.320 espectadores.


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