El sol se pone sobre el Estadio Municipal Antonio Izquierdo Rodríguez y, en uno de los fondos, los rostros se ponen serios. Las miradas se cruzan desafiantes, algunas sobre pinturas de guerra que tratan de intimidar a los adversarios, al tiempo que las manecillas del reloj se acercan a las ocho de la tarde. Las gradas, repletas de vecinos que desean contemplar el espectáculo. Llega la hora, los casi 300 participantes se sitúan en sus postas y… comienzan las risas. Porque sí, al Grand Prix de Las Gabias iban a ganar, pero sobre todo, a pasarlo bien.
Una veintena de equipos aguardaba el inicio de la gran batalla de juegos con la que coronarían las fiestas patronales, que se celebran en estos días en el municipio. En una de las esquinas, muy animados, un par de decenas de vecinos equipados con camisetas naranjas. «Lo afrontamos con gran ilusión y ganas de superarnos, que el año pasado fuimos subcampeones y este año vamos a por todas», presume con orgullo Abel, quien además, advierte: «Llevamos casi dos meses entrenando, reuniéndonos todos los sábados para conseguirlo». Nieves y sus amigas se lo toman con otra filosofía. «Hemos cogido pañales para no orinarnos de las risas que vamos a tener. Preparación cero, pero campeonas, a tope», se animan. Ángela y su equipo, todos enlutados y con pinturas amenazantes en el rostro, sí piensan únicamente en la victoria. «Vamos a ganar, con fuerza», prometen, si bien admiten que llegan «un poco de sorpresa». «No sabemos las pruebas que tenemos ni nada, pero estamos entrenados de gimnasio, de correr, de pista de atletismo y todo», avisa.
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Pero las palabras se las llevó la brisa que soplaba para hacer agradable el espectáculo y la ambición debía ser satisfecha sobre el césped. Diez juegos probarían sus capacidades, algunos tan clásicos del concurso como los troncos locos. Por allí empezaron a retumbar los golpes en cuanto inició la competición. Cada equipo dispondría de cinco minutos en cada una de las pruebas para sumar el máximo de puntos posible… y romperse la menor cantidad de huesos deseable.
Carreras, caídas y chapuzones
En uno de los laterales, saltaban chispas. Era el lugar donde se disputaban las carreras en rueda hinchable y los concursantes lo daban todo, aun a riesgo de comprometer su integridad física. Uno era centrifugado en el interior del cilindro mientras el resto le empujaba como si la vida le fuera en ello para llegar antes que el equipo adversario. «Por suerte, no hay heridos, pero veo que son aquí un poquillo cafres. Van a lo suyo, van a ganar. Quieren llevarse el premio y hacen lo que pueden para llegar los primeros», resopla Gabriel, el monitor encargado de este juego, a quien la tarde no le da un respiro. Y eso que la cosa solo acaba de empezar. «El premio está muy lejos, aún quedan muchas rondas, mucho que jugar», avisa.
Al lado, una gincana ponía a prueba las habilidades físicas de los gabirros, mientras que en otro fondo trataban de construir la torre de cubos más alta. En un rincón, enfundados en unas manoplas gigantes, los contendientes intentaban cazar el número ganador, mientras a pocos metros se derribaban los luchadores de sumo. También había margen para el intelecto, con un ‘tetris’ y un ejercicio de memoria, entre los que se interponía la carrera de rulos, surtidora de risas.
Junto a la grada, el refresco más agotador. Los espartanos de Las Gabias, que se descalzaban y abandonaban la vestimenta, debían deslizarse por un pasillo regado en agua para zambullirse en una piscina al final del mismo, donde deberían cazar una de las pelotas que flotaban e introducirlas en el cubo. Allí, el peligro se extremaba. «No hemos tenido todavía ningún ahogado. Todos a salvo», aseguraba Pilar, la monitora que velaba por la seguridad de todos los bañistas. «Todos van a tope, jugando al máximo esfuerzo y la máxima rapidez para meter las bolas. La mayoría se ha tirado de cabeza», precisa.
«Una prueba referente»
Y el resultado, después de tanto sacrificio, caídas y resbalones, era lo de menos. «Son equipos que vienen a pasarlo bien, a disfrutar… Todo desde la armonía y buen hacer. Lo estamos pasando muy bien», subraya Sebastián Pertíñez, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Gabias. «Se ha hecho una prueba referente en nuestras fiestas patronales y la verdad es que está funcionando muy bien. Este año vuelve a ser un éxito, tenemos las gradas llenas», se congratula. Entretanto, el sol se esconde por completo, en el ocaso de las fiestas municipales, y despide el Grand Prix gabirro hasta 2026.