La histórica victoria del París Saint-Germain en la final de la Liga de Campeones, con una contundente goleada al Inter de Milán (5-0) en Múnich, desató la pasada noche una ola de violencia y caos en varias ciudades francesas. Lo que debía ser una jornada de celebración terminó dejando un balance dramático: al menos tres fallecidos, más de 190 heridos y casi 560 detenidos en todo el país.
En París, epicentro de los disturbios, los Campos Elíseos fueron escenario de enfrentamientos entre grupos de radicales y las fuerzas de seguridad, pese al amplio despliegue policial, que movilizó a más de 5.000 agentes en la capital. Numerosos comercios sufrieron saqueos y destrozos, mientras que las autoridades contabilizaron más de 260 vehículos incendiados.
Celebración marcada por la violencia
Según informó la Prefectura de Policía, 491 personas fueron detenidas en la ciudad, aunque los disturbios se extendieron también a otras localidades como Nantes, Grenoble o Dax. El saldo de víctimas incluye a un joven de 17 años apuñalado en Dax; una mujer atropellada durante las celebraciones; y un hombre de 20 años que murió tras ser embestido por un coche mientras circulaba en scooter por París.
Uno de los episodios más graves tuvo lugar en Grenoble, donde un vehículo arrolló a cuatro miembros de una misma familia. Dos de los heridos permanecen en estado crítico. El conductor, que inicialmente huyó por miedo a represalias, se entregó poco después a la policía.
Casi 700 incendios y cientos de detenidos
En total, se han registrado cerca de 700 incendios en todo el país, y más de una veintena de agentes de policía y bomberos han resultado heridos, uno de ellos en estado crítico tras ser alcanzado por un artefacto pirotécnico en el departamento de La Mancha.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha condenado enérgicamente los actos violentos, asegurando que “una minoría de vándalos ha empañado lo que debía ser una celebración deportiva”. Por su parte, el primer ministro François Bayrou ha reiterado su apoyo a las fuerzas del orden, instando a “preservar la seguridad y el espíritu festivo”.
Este domingo está previsto que el PSG celebre el título con sus aficionados en París, con un desfile que recorrerá las calles de la capital. Jugadores como Ousmane Dembélé han pedido calma y responsabilidad: “Queremos disfrutar de este momento sin violencia ni destrozos”. Sin embargo, la tensión en las calles y las fuertes críticas cruzadas entre fuerzas políticas sobre la gestión del dispositivo de seguridad auguran una jornada claramente empañada por la barbarie.