El reciente hallazgo de un delfín muerto tras quedar varado en la playa de Puerto Banús, en Marbella, ha vuelto a poner sobre la mesa una cuestión importante: ¿cómo debemos actuar ante un animal marino que aparece en la orilla? Aunque no es un suceso cotidiano, no es raro que, de vez en cuando, lleguen a nuestras playas animales como delfines, tortugas o incluso rayas. Estos episodios generan preocupación y el impulso inmediato de ayudar. Sin embargo, intervenir sin conocimiento puede ser contraproducente.
Una de las reacciones más habituales, aunque errónea, es intentar devolver al animal al mar por cuenta propia. Jesús Bellido, asesor científico de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo, lo explica con claridad: “Lo menos recomendable suele ser devolverlo al mar. Lo normal es que si el animal acude a la orilla es porque no es capaz de sobrevivir por sí solo en alta mar”.
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Lo que no debemos hacer
Muchos de los animales que quedan varados en la orilla están enfermos, heridos o desorientados. Al devolverlos sin supervisión, podemos ocultar síntomas importantes o impedir una evaluación médica. En palabras de Bellido: “Normalmente, lo mejor y lo más recomendable es, tal y como vemos al animal, llamar al 112, a través del cual nos van a poner en contacto con una persona de la Consejería de Medio Ambiente”.
También es crucial evitar aglomeraciones y no rodear al animal, por muy emocionante que pueda parecer encontrarse con un delfín. La presencia de muchas personas, y especialmente de perros, genera estrés e incluso puede provocar que los cetáceos dejen de respirar voluntariamente.
Lo ideal es generar un ambiente de calma, sin ruido ni movimientos bruscos, para aumentar las posibilidades de supervivencia. Si el animal está vivo, se puede cubrir con una toalla húmeda para evitar que su piel se reseque, pero nunca tapando el orificio respiratorio. Y, aunque sea un momento de emoción, Bellido recuerda que “hay que priorizar el estado del animal ante nuestro deseo de inmortalizar el momento”, recuerda Bellido.
¿Qué ocurre cuando llegan los expertos?
Una vez dado el aviso, un equipo de veterinarios especializados se traslada al lugar para evaluar al animal. Si está vivo y hay condiciones adecuadas, se intenta estabilizarlo y, eventualmente, rehabilitarlo para su reintroducción. Si el animal ha fallecido, se traslada el cuerpo para realizar una necropsia que permitirá conocer las causas del varamiento y obtener información valiosa para la conservación marina.
También enfatiza la importancia de respetar al voluntario o profesional que haya contactado con emergencias:
“Debemos respetar las peticiones que nos haga, siempre pensando en que lo importante es tratar de que el animal permanezca en la orilla en las mejores condiciones”.
Como detalla Bellido, los técnicos valoran múltiples factores antes de actuar: “Siempre va a haber unos factores comunes: la seguridad de las personas que lo manipulan y que consigamos un ambiente tranquilo y relajado en torno al animal, con las mejores condiciones para su supervivencia”.
Varamientos en Andalucía
En 2024, Andalucía registró 244 varamientos de animales marinos. De estos, 152 fueron cetáceos y 92 tortugas marinas, según datos del Centro de Gestión del Medio Marino del Estrecho (CEGMA), con sede en Algeciras. El servicio está disponible 24/7 y se encarga tanto de rescates como de necropsias. En la primavera de 2025, se ha detectado un preocupante repunte de rayas varadas, especialmente de la especie Mobula mobular (manta raya), catalogada como “en peligro” por la UICN.
Bellido señala que, en la costa malagueña, estos casos no son raros: “Cada año tengamos varios varamientos de cetáceos, de tortugas, se considera como normal”. Y añade que algunos animales se acercan a la orilla en un “esfuerzo desesperado de recuperarse y evitar situaciones de ahogamiento, por falta de fuerza o incapacidades de natación”.
Guía rápida: qué hacer si encuentras un animal varado
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Llama al 112 inmediatamente. Proporciona ubicación, especie, tamaño y estado del animal.
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No lo devuelvas al mar. Deja que los expertos evalúen si es viable su reintroducción.
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Mantén la distancia. No generes aglomeraciones ni permitas que se acerquen perros.
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Hidrátalo si está vivo, usando una toalla húmeda, sin cubrir el espiráculo en cetáceos.
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Espera a los especialistas. Ellos valorarán si debe recibir tratamiento en tierra o ser trasladado.
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