La iglesia de San Gil y Santa Ana se encuentra sin luz a causa de una avería derivada del incendio que tuvo lugar este lunes en una casa colindante. Según ha podido conocer 101TV Granada, la parroquia espera la visita de unos técnicos que supervisen el cableado y arreglen el sistema, de modo que pueda restaurarse el suministro. Es la principal secuela que le ha quedado al templo albaicinero, que amaneció este martes con un nudo todavía en la garganta tras el susto del día anterior.
Controlan que no se reactive el fuego de la casa okupa junto a la iglesia de Santa Ana
La estructura de la iglesia no se vio dañada, precisan fuentes consultadas por este medio, ni las llamas habrían llegado al interior del templo. Era la principal preocupación que, una vez confirmada la ausencia de heridos, cundía entre vecinos y cuerpos de seguridad. Tan solo habría sufrido desperfectos una de las ventanas laterales, que recibió de lleno el impacto del fuego en su propagación desde la casa okupada hasta la cubierta de la parroquia. La vivienda, en cambio, sí se vino abajo.
Que el templo permanezca casi intacto, aseguran dichas fuentes, se debe exclusivamente a una cuestión de minutos, aunque no solo por el propio fuego temieron los vecinos y feligreses. La actuación de los bomberos para extinguir el incendio también suponía un riesgo, pues la presión del agua de las mangueras podría haber debilitado una estructura que data del año 1537. Las tejas de la cubierta, donde incidió directamente el chorro de los efectivos, resistieron aparentemente bien el impacto.
Refresco de la zona
Los bomberos de Granada han vuelto a trabajar este martes sobre la zona afectada. En concreto, han realizado labores de refresco de la vivienda en la que se originó el incendio y la cubierta del templo, a fin de mantener controlados los varios focos calientes que pudieran reactivar el fuego. Durante la jornada, está prevista la visita de técnicos del Ayuntamiento para realizar una nueva inspección que determine si existe o no riesgo de que la iglesia sufra algún daño, aunque los primeros reconocimientos no detectaron grandes afecciones.