Este domingo por la mañana, el Palacio de Deportes de Granada fue testigo del inicio de temporada de un Covirán Granada renovado y con ganas de una nueva campaña en ACB. Una jornada cargada de emoción, historia y baloncesto de alto nivel. Eso sí, el Covirán Granada cayó derrotado por 75-87 ante el Joventut Badalona, en un encuentro que significó el regreso de Ricky Rubio a la pista donde debutó profesionalmente hace veinte años, con tan solo 14. El base catalán no solo volvió al lugar donde comenzó su leyenda, sino que lo hizo liderando a su equipo con 18 puntos y 30 de valoración en una actuación que mezcló simbolismo y dominio deportivo.
Desde el inicio del choque, el Joventut marcó el ritmo del partido con una defensa asfixiante y un ataque bien estructurado. El conjunto dirigido por Dani Miret consiguió incomodar en todo momento a un Covirán que, aunque luchó por mantenerse en el partido, siempre fue a remolque.
Un renovado Covirán Granada inicia temporada contra el Joventut de Ricky Rubio
Bozic brilla, pero los detalles deciden el partido
Un triple desde ocho metros sobre la bocina de Henri Drell cerró el primer cuarto con ventaja visitante por 14-22, dejando clara la autoridad táctica del equipo catalán. Sin embargo, en el segundo cuarto el conjunto local, dirigido por Ramón Díaz, reaccionó con intensidad defensiva y transiciones rápidas, llegando a recortar la desventaja hasta solo dos puntos al descanso, con un marcador ajustado de 32-34.
El tercer cuarto se convirtió en un intercambio constante de golpes entre Luka Bozic y Simon Birgander, quienes fueron imponentes para las defensas rivales. El Covirán Granada dependía de sus visitas a la línea de tiros libres, pero su bajo acierto exterior le impidió tomar la delantera. Joventut aprovechó cada error para mantener la ventaja, cerrando el tercer periodo con un 53-63 a su favor. En el último cuarto, el equipo granadino volvió a acercarse gracias a las acciones de Speight y Matt Thomas, pero Ricky Rubio tomó el control absoluto de los ataques verdinegros y mantuvo siempre una distancia de seguridad que resultó inquebrantable hasta el 75-87 final.
Luka Bozic fue el jugador más destacado del Covirán Granada con una actuación sobresaliente: 22 puntos, 8 rebotes, 10 faltas recibidas y 33 de valoración. Por parte de Joventut, además del liderazgo de Rubio, brillaron Birgander con 16 puntos y Tomic con 13. La diferencia de eficacia en momentos clave fue crucial. En los tiros libres, Joventut firmó un 85% de acierto (17 de 20), frente al 61% de Granada (19 de 31). En tiros de campo, los visitantes también mostraron mayor consistencia: 45.83% frente a un 44.83% local. El rebote también fue dominado por los catalanes, con 41 capturas totales frente a 36 del equipo nazarí, y repartieron 17 asistencias frente a las 11 de su rival.
Emoción en la grada y homenajes con corazón
El ambiente en el Palacio fue inmejorable, con 7.489 espectadores que vivieron con intensidad el regreso de una leyenda como Ricky Rubio. Antes del inicio, el presidente del Covirán, Óscar Fernández-Arenas, el concejal de Deportes Jorge Iglesias y el portavoz del Ayuntamiento Jorge Saavedra, entregaron al jugador una placa conmemorativa por el vigésimo aniversario de su debut profesional en ese mismo recinto.
Pero no fue el único momento emotivo del día. Los jugadores del Covirán lucieron camisetas de apoyo a Dani, hijo del exentrenador ayudante Alberto Fernández ‘Zamo’ y de Andrea de Prado, quien padece una enfermedad rara degenerativa conocida como Síndrome de Mitchel. Además, ‘Zamo’ fue homenajeado al final del primer cuarto por sus doce temporadas de trayectoria en el banquillo del club.
Pese a la derrota, el Covirán Granada mostró momentos de carácter y entrega, aunque deberá mejorar en aspectos como la eficacia en tiros libres, el control de balón y la defensa en momentos decisivos si quiere competir al más alto nivel esta temporada. Para Joventut, el triunfo no solo representa un inicio con buen pie, sino también la consolidación de un proyecto que mezcla talento joven con experiencia, y que vuelve a contar con un referente absoluto como Ricky Rubio, cuya presencia en la pista es sinónimo de liderazgo, inteligencia táctica y conexión emocional con el baloncesto.
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