Este martes ha comenzado en la Audiencia Provincial de Málaga el juicio contra siete funcionarios rusos, presuntos miembros de una red criminal internacional acusada de fabricar causas penales falsas para extorsionar a empresarios y millonarios españoles desde Marbella. Entre los procesados figuran altos cargos del Ministerio del Interior y de Justicia de Rusia.
También están acusados el supuesto cabecilla de la red en España, su esposa y su hijo. Todos enfrentan cargos por pertenencia a organización criminal, extorsión, blanqueo de capitales y falsedad documental. La Fiscalía pide 75 años de prisión para el conjunto de los acusados.
Las extorsiones
La red elegía cuidadosamente a sus víctimas: personas con alto poder adquisitivo, influencia pública y posibles vínculos empresariales internacionales. El método era directo: inventaban causas penales en Rusia y las respaldaban con documentos falsos. Luego contactaban con las víctimas, a quienes amenazaban con llevarlas a prisión si no pagaban.
Entre los objetivos identificados por la investigación se encontraban individuos incluidos en la lista Forbes, coleccionistas de arte con piezas de incalculable valor, empresarios del sector petrolero e incluso una expolítica rusa, exmiembro de la Asamblea Legislativa de San Petersburgo e hija de un amigo cercano de Vladimir Putin. También figuraba entre las víctimas el que fue el hombre más rico de Rusia en 2013, con una fortuna estimada entonces en 500 millones de dólares.
Hasta ocho identidades
Al frente de la célula operativa en España se encontraba un individuo afincado en Marbella, considerado por la Fiscalía como el líder de la trama en territorio español. Junto a él están procesados su esposa —de nacionalidad alemana y origen ucraniano— y su hijo, además de otras personas, algunas con antecedentes penales.
El supuesto cabecilla ha sido identificado con hasta ocho identidades diferentes y cuenta con un historial delictivo que incluye prostitución, detención ilegal, estafa, falsedad y fraude. Ahora se enfrenta a una nueva acusación por organización criminal, extorsión, falsedad documental y blanqueo de capitales. Fuentes jurídicas apuntan a la falta de colaboración de las autoridades rusas, lo que habría impedido ejecutar su localización y posterior extradición a España.
Marbella, su centro de operaciones
Según el sumario, varios miembros del grupo vivían en urbanizaciones de lujo de Marbella y usaban su vida aparentemente normal para ocultar su actividad delictiva. Desde allí operaba gran parte de la red, ya que la ubicación de la ciudad les permitía moverse con libertad por toda la Costa del Sol. No se trata de un caso aislado; en los últimos años, varias mafias extranjeras han instalado en la ciudad sus centros de operaciones. El alto volumen de residentes con fortunas de origen opaco ha convertido Marbella en un destino estratégico para actividades ilícitas.
La Fiscalía destaca el uso de la extradición como instrumento de extorsión. Además, la vista oral se extenderá varias semanas. Se esperan declaraciones clave y pruebas documentales que podrían implicar a nuevos sospechosos. El juicio marca un nuevo capítulo en la lucha contra el crimen organizado en la Costa del Sol.
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