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‘Kalokagathia’, la belleza y la maldad en la Semana Santa

El término kalokagathia (del griego antiguo καλοκαγαθία, derivado de kalós «hermoso» y agathós «bueno») es un concepto de la filosofía griega clásica que se refiere a la armonía que existe entre la hermosura y la virtud. Significa la perfección tanto física como moral de una persona, es decir, el ideal de excelencia del que un hombre, de cuerpo bello y, a la vez, de carácter bueno, noble y sabio.

En la Antigüedad, la kalokagathia era un deber a conseguir por la educación y la cultura de la aristocracia, de tal modo que la belleza del cuerpo, que había de surgir por ejemplo a través del ejercicio físico que se llevaba a cabo en el gimnasio, había de ser acompañada de una mente ilustrada y por una conducta moral. Este término se halla de una forma muy habitual en los escritos de los filósofos, como es el caso desde luego de Platón y Aristóteles, quienes lo atribuían al desarrollo de la persona ideal en términos de ciudadano.

Este concepto filosófico lo tenemos presente en las imágenes de la Semana Santa, donde Cristo, su madre la Santísima Virgen, los apóstoles y las Santa Mujeres son representadas como personas bellas por su virtud, en el polo opuesto tenemos a los soldados, sayones o sanedritas que simbolizan el mal en la Pasión de Jesús y por ellos los imagineros y escultores enfatizan la fealdad en estas imágenes.

Uno de los ejemplos de kalokagathia en las cofradías y hermandades de Málaga lo podemos ver en la imagen del famoso sayón Berruquita de la Cofradía de la Paloma. Berruguita representa todos los males de la humanidad expresados en su cuerpo y su cara por su expresión burlesca y lleno de verrugas. El imaginero Navas Parejo, autor de la imagen tomó como modelo al anterior sayón destruido en 1936, realizado por Salvador Gutiérrez de León en el S.XIX y que era la representación satírica del militar Vicente González Moreno, responsable del fusilamiento del general Torrijos. Este sayón encarna el mal, frente a la figura de Cristo que representa el bien y la perfección.

Otro ejemplo de ese feísmo en los sayones que acompañan a Cristo en su Pasión son los soldados judíos de la Cofradía del Dulce Nombre, donde las expresiones de maldad se reflejan en sus rostros, mientras Jesús de la Soledad se resigna a su destino sin perder ese hálito de belleza en su rostro.

Pero el personaje que representa la maldad en su rostro es la imagen que realizara el imaginero y escultor onubense Elías Rodríguez Picón con su interpretación de Barrabás para el grupo escultórico de la Humildad. La expresión de malicia se refleja en la cara de este celote que fue absuelto por el pueblo.

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