Hace poco más de 24 horas que el Gobierno de España y la Junta de Andalucía unieron fuerzas para hacer realidad la ampliación del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Un proyecto que ha dado un paso importante, pues ambas administraciones anunciaron que ya está en marcha el plan museológico como paso previo a la licitación de la obra, que estará en marcha en “los próximos meses”. Así lo aseguraban tanto el Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, como la Consejera de Cultura de la Junta, Patricia del Pozo.
Ante esto, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha catalogado las declaraciones de Urtasun como que «El ministro ha venido a Sevilla a vender humo». «A mí me sorprende mucho que tras 15 años de espera, llegue ahora el ministro de Cultura de un ‘gobierno agónico’, que le quedan meses, días, y plantee una inversión que lleva la ciudad muchos años esperando y diga que está a punto de licitarse», ha explicado Sanz.
Además, el primer edil ha recordado de forma irónica que también están a punto de terminar otras obras, haciendo referencia al puente del Centenario, a la licitación del puente de la SE-40 o la conexión ferroviaria de Santa Justa al Aeropuerto. Para terminar, Sanz ha añadido que «a punto está este Gobierno de dejar de gobernar este país por el bien de todos los españoles».
Muñoz alaba el trabajo entre administraciones
Por su parte, el portavoz del Grupo Municipal Socialista en Sevilla, Antonio Muñoz, ha celebrado el acuerdo alcanzado entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía. “La propuesta que siempre hemos defendido y en la que hemos trabajado”, explicaba Muñoz, valorando también de forma positiva el hecho de que ambas administraciones “aparquen” sus diferencias y trabajen de forma conjunta. Ante esto, el socialista asegura no entender “la propuesta frívola, ridícula incluso, que hizo el señor Sanz anteriormente de llevar la ampliación a la Universidad en primer lugar o a la Plaza de España”, declara Muñoz.
A juicio del portavoz socialista, la nueva hoja de ruta para el Bellas Artes devuelve el proyecto a la senda del sentido común y refuerza la vocación cultural del centro histórico de Sevilla. “Que no se haya tomado en consideración esa idea sin sentido del señor Sanz es un alivio para quienes defendemos una planificación seria y respetuosa con el patrimonio”, concluyó.