El auge de los pagos con tarjeta y móvil está transformando la forma en que los clientes reconocen el trabajo de los camareros. Cada vez es más común que las transacciones se realicen sin efectivo, lo que ha provocado una caída drástica en las propinas que antes se dejaban al redondear cuentas.
Según Ismael Merón, dueño del Bar Guadiana, «la costumbre de dejar dinero extra está desapareciendo entre los clientes jóvenes». Merón asegura que «los pagos en efectivo solían permitir acumular sumas importantes para los empleados, algo que hoy se ha perdido con la generalización de la tarjeta».
Impacto en los trabajadores
Esta disminución se traduce directamente en menores ingresos complementarios para los camareros. «Antes, cada trabajador podía recibir entre 25 y 30 euros por jornada en propinas; actualmente, esta cifra ronda los 4-6 euros» explica Merón.
Estudios recientes muestran que más del 70 % de las transacciones en hostelería se realizan mediante tarjeta o pago móvil, particularmente entre menores de 40 años. “Cuanto más joven, más usa la tarjeta”, comenta Ismael Merón. Esta tendencia reduce la posibilidad de dejar pequeñas gratificaciones y altera la relación tradicional entre cliente y camarero.
Posibles soluciones
Algunos establecimientos están evaluando medidas para compensar la pérdida de propinas, como añadir una pequeña comisión automática al pagar con tarjeta. Expertos en hostelería advierten que la digitalización podría obligar a repensar la estructura salarial y las formas de reconocimiento del servicio, manteniendo la motivación de los empleados y adaptando la cultura de la propina a los nuevos hábitos de pago.
Aunque las propinas en efectivo desaparecen, el debate sobre cómo mantener un ingreso adicional justo para los camareros continúa. La digitalización ha cambiado la manera de pagar, pero también abre la puerta a nuevos sistemas de gratificación que podrían equilibrar la balanza en los próximos años.