Siempre se dice que en la vida, y en especial en el deporte, las despedidas no acostumbran a ser bonitas, y la de Carolina Navarro fue un compendio de varias situaciones. La jugadora malagueña, que se encuentra en su temporada de retiro, afrontaba el de Málaga como un torneo en el que poner un bonito broche a una trayectoria repleta de éxitos en la que destacan los nueve años como número uno, cinco de ellos consecutivos, aunque no un paseo, pues así lo demostró en primera ronda, que aún clasificando como ‘wildcard’ logró colarse junto a Melani Merino en los octavos de final.
En la tarde del jueves tenían en frente a la argentina Martina Fassio y a la portuguesa Cata Nogueira, con la que ‘Carol’ iba a disputarse un récord: el de ser la jugadora de mayor edad en alcanzar unos cuartos de final ya que nunca los había disputado una mujer de más de 45 años y la lusa cuenta 46.
El comienzo del duelo prometió alegrías, pues con un rotundo 4-0, Navarro y Merino impusieron una ventaja que parecía decisiva en la primera manga, aunque no acabó siendo tal. Fassio y Nogueira encadenaron cinco juegos seguidos a favor y resolvieron con un 7-5 para anotarse el primero en el marcador. Se podía percibir el esfuerzo de la hispano-sueca a simple vista, lanzándose al suelo por las bolas más complicadas, anticipando recorridos al llegar a la puerta para rematar las bolas más largas y pidiendo ánimos al rincón donde se ubicaban sus más allegados, que la animaron sin cesar.
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— Premier Padel (@premierpadel) July 17, 2025
Siguió intentándolo en el segundo set, en el que llegaron a colocar una pequeña ventaja. A pesar del desgaste físico de venir de un partido en el que recurrieron al tercero, se esforzaron por llegar nuevamente. A pesar de ello, Nogueira y Fassio volvieron a imponer su ley, oficializando el adiós de Carolina Navarro de su casa. La malagueña se abrazó a Melani, a Martina y a Cata, agradeció la ovación del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, se puso de rodillas y besó por última vez la pista costasoleña antes de salir bajo la reja y asimilar el cierre de una trayectoria excelente.
El Martín Carpena se despidió de una leyenda con honores y con una imagen especial, pues mientras Navarro concluía su último punto en su Málaga, otra oriunda, Bea González, arrollaba junto a Claudia Fernández a Eugenio y Riera para certificar su presencia en cuartos, representando la más gráfica imagen de la toma del testigo del pádel malagueño.
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