En este 16 de noviembre en el que se celebra el Día Internacional del Flamenco, podrían ser miles los nombres que se recuerdan, pero nunca sobra una mención a La Niña de los Peines 135 años después de su nacimiento y más de medio siglo desde su muerte. Y es que en estos días de luto para el cante con la reciente muerte de Antonio Fernández Díaz ‘Fosforito’, la quinta Llave de Oro del Cante, se vuelve a este asunto que siempre ha estado marcado por la polémica el de este ‘Nobel Jondo’, y quizás la omisión de Pastora Pavón en este reconocimiento es una de la que más disenso crea entre aficionados.
Tanto es así que algunas asociaciones llegaron a iniciar una campaña para que La Niña de los Peines recibiera este galardón a título póstumo, como ya pasó con Camarón que ocho años después de su fallecimiento fue reconocido con este llavín que recogió su viuda. Sin embargo, aunque hubo consenso de los ‘colegas’ del oficio, hay quien piensa aún que este reconocimiento de esta historia sinuosa entre lo artificial y lo oficial debería darse solamente a cantaores vivos.
Cantaora eterna
Con llave o sin ella, lo cierto es que el nombre de La Niña de los Peines está escrito en letras de oro en la historia del flamenco y su aportación fue decisiva a todos los nivales. Trasciende los siglos y las grabaciones que se conservan de esta sevillana conforman uno de los legados más importantes de este arte universal. Pastora, gitana criada entre cantaores y flamencos de pura cepa, tuvo una inteligencia natural que le sirvió para acomodar el cante y plasmar algunos palos (tangos, peteneras, bulerías y soleares) que, probablemente, nadie ha vuelto a igualar. Una cantaora docta, que en vida pudo recibir la tercera Llave de Oro del Cante que recayó en Antonio Mairena.
En aquella ocasión, también podría haber sido el elegido Manolo Caracol, otra de esas voces que siguen marcando el paso de lo jondo. En tiempos recientes, ha habido campaña por otros grandes cantaores que ha dado el flamenco para que recibieran esa Llave de Oro que, sobre el papel, no es más que un galardón pero que tantos chascarrillos aporta. Vidilla para seguir insuflando la grandeza de un arte que trasciende fronteras.