Ellos soñaban con hacerlo y lo consiguieron. Tres amigos querían montar su propia tetería en Málaga y ¿por qué no? Tres décadas después, la Tetería San Agustín es ya un icono de Málaga, la ciudad que le ha visto crecer durante estos años junto a la calle que lleva su nombre y el Museo Picasso. Ahora, el tradicional negocio, que mantiene su esencia entre la ciudad nazarí en la que se inspiraron y el rincón de la ciudad en el que decidieron hacerla, tiene fecha de caducidad.
El edificio en el que se encuentra esta tetería de las primeras citas entre tantos malagueños ha pasado por muchas manos durante estos años, pero los fundadores de la marca han podido permanecer en su local de la planta baja renovando sus contratos de arrendamiento, este último de diez años. Un contrato cuya fecha final se establece para el 31 de diciembre de 2025.
“Los últimos propietarios que han comprado el edificio no quieren negociar ni renovar, nosotros llevamos aquí 32 años y en este edificio ha habido hasta okupas, pero al comprar una familia americana el edificio entero quiere hacer su propio negocio, que también es comprensible, así funciona el mercado”, cuenta el fundador de la tetería, Alejandro Camacho, a 101TV.
Opciones sobre la mesa
Esta situación no ha sido un “de repente”. Camacho y su socio desde hace diez años, Dirk, llevan ya muchos años barajando opciones de qué hacer en caso de que esto ocurriese algún día. Sin embargo, ahora que tienen siete meses por delante, no tienen muy claro cuál es la opción más viable debido al incremento de los precios en pleno centro de Málaga y lo que supone llevarse un negocio cuya ubicación es clave, a la otra punta de Málaga.
“En estos 32 años hemos hecho reformas adaptando el negocio a cómo cambiaba Málaga, con mucha inversión, pero en este punto es complicado porque los precios que se piden hoy día son una barbaridad y tampoco podemos arriesgar de esa forma porque me meto en pérdidas si lo hago”, explica el fundador de la Tetería San Agustín.
Llevarse la tetería a otro emplazamiento en el centro de Málaga es inviable. Según el propio Camacho explica, “sería una barbaridad porque piden traspasos y entre pagar eso, las licencias y alquilar un local con los precios actuales es imposible”.
Vender la marca
Otra opción para frenar su final y la más “viable”, según el empresario, es vender la marca a otra empresa para que compren el concepto o la idea, pero asegura que el concepto de cafetería no se vende como se venden hoy día los bares de copas o de fiesta. “A esto se suma la idea de llevarnos el negocio a otra parte de Málaga, algo que también vemos complicado porque no es solo indemnizar a los trabajadores, sino que no es lo mismo irse a una barriada a probar un almuerzo específico que una merienda o desayuno”, añade.
A esto suma que es consciente de que Málaga está cambiando mucho, pero np se puede perder de vista que también está beneficiando mucho a otros a nivel económico.”Nosotros por ese éxito podemos perder el negocio pero también hay mucha gente ganando, así funciona el mercado”, sentencia con realismo el fundador de la tetería.
Ante el riesgo y la idea, cada vez más asumida, de que la Tetería San Agustín desaparezca como muchos otros negocios locales en Málaga, la esperanza de Camacho recae en que se pueda negociar un contrato razonable con los propietarios o en que alguna empresa interesada compre la idea porque, desde su punto de vista más emocional, “sería una pena que se pierda”.
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