Una grave emergencia médica obligó a suspender temporalmente el encuentro entre el Málaga y el Real Betis este sábado 9 de agosto en el estadio de La Rosaleda. Un espectador sufrió una parada cardiorrespiratoria durante el desarrollo del primer tiempo, lo que activó inmediatamente el protocolo de emergencias del recinto deportivo. Los equipos médicos de la Cruz Roja y el personal sanitario del estadio actuaron con rapidez para atender al afectado.
La situación requirió la evacuación parcial de una de las gradas para facilitar las labores de asistencia médica. El hombre de mediana edad que sufrió el episodio, según precisaron fuentes del Málaga CF, fue estabilizado tras las maniobras de reanimación realizadas por los profesionales sanitarios, aunque tuvieron insistir durante un tiempo importante para salvarle la vida.
El colegiado principal, Luis Bernard Servera, del colegio balear, decidió detener el juego siguiendo las normativas establecidas para este tipo de situaciones. Durante los 17 minutos que duró la intervención, tanto jugadores como cuerpo técnico permanecieron en el terreno de juego a la espera de noticias sobre el estado del aficionado. Todos pendientes de las noticias que llegaban desde la grada.
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Trasladado al hospital y fuera de peligro
Según informó la entidad blanquiazul momentos después de reanudar el encuentro, el paciente logró recuperar las constantes vitales y fue trasladado de inmediato a un centro hospitalario para continuar con el tratamiento especializado. Los más de 27.000 espectadores presentes en La Rosaleda mostraron su solidaridad con el afectado mediante aplausos cuando fue evacuado del estadio en camilla. La tensión se palpaba tanto en las gradas como en el palco de autoridades, donde directivos del club siguieron con preocupación la evolución de los acontecimientos.
Una vez confirmada la estabilización del paciente, el árbitro decidió reanudar el partido añadiendo los 17 minutos correspondientes al tiempo perdido durante la primera mitad. El encuentro continuó su curso normal tras comprobar que el aficionado se encontraba fuera de peligro inmediato. Este episodio pone de manifiesto la importancia de contar con protocolos médicos bien establecidos y personal sanitario cualificado en eventos deportivos de gran afluencia de público. La rápida actuación de los servicios de emergencia fue clave para resolver satisfactoriamente esta situación crítica.
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