A pesar de las altas temperaturas en Málaga, el otoño no ha hecho más que empezar. Por el momento, pocos son los indicios que confirman la llegada de esta nueva estación, pues el clima veraniego sigue reinando en la Costa del Sol. Sin embargo, los puestos de castañas, que abren sus persianas desde el pasado martes, y su inconfundible aroma, confirman a los más despistados la etapa del año en la que nos encontramos.
Aunque los puestos más conocidos se encuentran en el centro de la ciudad, en concreto, en la Alameda, siendo uno de los puntos estratégicos por estos vendedores, lo cierto es que el gran atractivo reside en su sencillez y proximidad a los barrios de Málaga. Sus buenos precios y la posibilidad de compartirse en familia hace que este producto sea uno de los favoritos por un gran número de personas en estas fechas previas a la Navidad.
Coincidencias anormales en los mercados
Con la llegada del mes de octubre, los mercados, en esta sociedad del consumismo, hace que coincidan diversos productos de temporada completamente opuestas en un mismo puesto. Mientras en un pasillo puedes localizar castañas, en el de al lado se encuentran los helados, aún muy demandados por los usuarios. Y eso no es todo, pues los turrones navideños ya engalanan algunos tramos de los supermercados, cerrando así un círculo tan curioso como despectivo para los más críticos.
Además, los caramelos de Halloween también se dejan asomar por algunos ‘stands’, generando estímulos completamente diferentes. Sin duda, el consumidor está ante un cambio evidente, mientras los empresarios de estas grandes superficies se frotan las manos en la teórica etapa más baja del año en cuanto a ventas.
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