Como hiciera Dioni Villalba el pasado martes, Manu Molina se despidió públicamente del Málaga en La Rosaleda este jueves. El onubense ha sido uno de los jugadores más queridos por la afición y ha tenido picos muy altos de forma que le han situado como uno de los imprescindibles. Tras dos años como malaguista, el centrocampista dice adiós al club blanquiazul. La marcha de Molina forma parte de un cambio de ciclo, donde el mencionado Dioni y Kevin son los ‘perjudicados’.
Agradecimiento inicial: «Tengo que decir que ha sido un orgullo defender esta camiseta. Me gustaría mandar un mensaje de gracias a la afición, y es que me han ayudado en todo este proceso. Lo sentí desde el primer momento que llegué. En el último partido salí ovacionado de La Rosaleda y eso se me queda para toda la vida. Gracias a ellos he sido mejor futbolista. Ha habido momentos buenos y malos y quiero que se queden con lo bueno. Puedo decir que lo he dado todo por este escudo, me quito el sombrero ante esta afición. Dejo amigos que quiero aquí».
Trabajo hecho: «Yo vine con un objetivo claro, que era el del ascenso, y lo cumplí. Luego tuvimos otro y también lo cumplimos. Me voy con la cabeza alta y los pies por delante. Lo dejé todo por el club, lo he hecho así. Me llevo el poder dejar al Málaga donde está, en el fútbol profesional y espero que siga creciendo. Me voy muy contento con mi trayectoria en el club».
Etapa en el Málaga: «Ha sido mi mejor etapa como futbolista. He vivido Primera División y otros ascensos, pero esto ha sido muy intenso. Es un club enorme. Tiene una gente detrás que lo hace grande. El vivirlo en Málaga ha sido un chute de energía enorme. Me ha hecho mejor futbolista y persona. He conocido gente que no pensaba que conocería. Me llevo amigos. Este vestuario ha sido una familia. Me llevo todo eso. Vivo las cosas muy intensas y este club es así. Se ha vivido todo muy intenso y rápido, llevo dos años y fijaros cómo me estoy despidiendo. Este año precia que estaríamos más tranquilos, pero el futbol es así. Esto es el fútbol. Me ha dado otra lección de vida, seguir con la cabeza hacia adelante. Estoy muy orgulloso de haber pasado por aquí. Pareciera que hubiera estado aquí una eternidad, pero solo han sido dos años. Soy malaguista, puedo decirlo. Me voy muy contento».
Mejor y peor momento en el Málaga: «El mejor momento es el ascenso. Si no lo contamos, esta temporada creo que he estado a muy buen nivel. He estado a tope. El peor momento diría que es más colectivo. O las lesiones. Hay compañeros que tienen lesiones de larga duración. Pero yo me quedo con lo bueno. Siempre se puede corregir».
Su no renovación y el futuro
Momentos de incertidumbre sobre su continuidad en la temporada: «Estaba tranquilo por el nivel deportivo. Pasaban los meses y no se me comunicaba nada, me entraba ese gusanito de ver que iba a pasar. El día que me lo confirmaron lo pase muy mal. Tengo una hija de 9 años y se ha hecho a la ciudad. Me dolía por eso. Cuando eres padre, te duele eso. Ha sido muy intenso. Llevo dos semanas que hasta que no me vaya no me lo voy a creer. Creo que he dado un nivel muy bueno para seguir, pero el club apuesta por gente joven. Tengo mucho fútbol. No tengo nada que reprochar. Las conversaciones son privadas. No les achaco nada. Mi rendimiento y nivel está ahí. Me puedo ir contento por eso».
Futuro: «De momento, desconectado. Hasta que no llegue una oferta no quiero que me llame mi agente. ojalá siga en Segunda y pueda jugar contra el Málaga para volver a este estadio. Nunca me hubiera gustado vestir otra camiseta estos años, pero el fútbol es así. Lo voy a dar todo allí donde vaya y a dar mi nivel».