Domingo de julio, ocho de la tarde. Una combinación habitual en las carreteras de la provincia de Málaga: tráfico lento y largas caravanas en los accesos a la capital, especialmente desde las zonas costeras. El intenso retorno tras una jornada de playa suele colapsar las principales vías de entrada, y cualquier incidente puede convertir la vuelta a casa en una odisea.
Eso fue precisamente lo que ocurrió este domingo, cuando dos accidentes consecutivos en la A-7, en el tramo este de Málaga, complicaron aún más el regreso. El primero tuvo lugar a la altura de Olías, en el kilómetro 976,2, y dejó a tres vehículos implicados. El carril izquierdo en dirección a Málaga tuvo que ser cerrado hasta que los coches accidentados fueron retirados, lo que provocó importantes retenciones.
Poco después, un segundo accidente se registró en el kilómetro 976,9, apenas unos metros más adelante. En este caso, estuvieron involucrados cuatro vehículos, según informaron desde el centro de control de la Dirección General de Tráfico (DGT).
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Ambos siniestros ocurrieron en plena tarde, justo cuando comenzaba el mayor flujo de vehículos de regreso a la ciudad. Como consecuencia, las habituales retenciones de los domingos se intensificaron considerablemente. A las 20:30 horas, se contabilizaban más de 13 kilómetros de tráfico denso en la A-7 en sentido Málaga, desde la zona de Benajarafe hasta la entrada a la capital.
La jornada concluyó con paciencia al volante y un regreso más lento de lo habitual para miles de conductores que eligieron las playas del litoral oriental malagueño para disfrutar del fin de semana. Las autoridades recuerdan extremar la precaución en estos días de alta intensidad en carretera, donde cualquier despiste puede multiplicar los problemas de circulación.
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