Belén Villarrubia Martos es médico de familia y tras varios años en el centro de salud de Huétor Tájar, conserva la plaza en la Zubia, aunque desde 2018 trabaja en el sindicato médico de Granada, (SIMEG), y actualmente es la coordinadora de atención primaria del distrito metropolitano.
Nos adelanta a menos de dos semanas, la implantación del nuevo sistema de respuesta cuando solicitamos una cita médica, de manera que si un centro de salud no tiene citas, se habilitará un buzón digital para que en menos de 72 horas una persona sea atendida, ya sea por su médico, otro del mismo centro o telefónicamente con un profesional que puede ser de otra provincia. Perdiéndose el carácter personal y directo, que los médicos de familia demandan.
-El médico también es paciente a la vez y están viviendo una situación de estrés laboral que deriva en muchos casos en la baja médica, ¿cómo ve a sus compañeros cuando los visita en alguno de los centros sanitarios?
Desde que llegó la pandemia se ha acentuado la sobrecarga laboral que ya tenían los médicos de familia con cupos de pacientes muy grandes, más de 1.700 pacientes por consulta, lo que hace muy difícil llevar el seguimiento. Además a lo largo del año coinciden todos los médicos del centro de salud durante un mes a lo sumo, entre vacaciones, bajas y días de descanso. Si en un centro de doce médicos hay siete, es imposible atender a los pacientes con calidad.
-¿En qué consistió el pacto de atención primaria de 2023?
Consistía en iniciar una mejora de la atención primaria reduciendo el número de pacientes que se pueden atender en un día para que las consultas no se conviertan en una frutería, donde simplemente despachar, otorgando a cada paciente el tiempo que necesita y de igual manera, el tiempo que el médico también necesita para dar una buena atención personalizada.
De esta forma se redujo a 35 pacientes por día, otorgándoles unos 10 minutos de consulta, el problema es que no se ha ampliado la plantilla de profesionales y tenemos bajas y reducciones de jornada que no se cubren.
Las consultas telefónicas son una herramienta pero no una forma de atender al paciente
-De ahí nacen las continuidades asistenciales, ¿de qué se tratan?
Básicamente son horas extras voluntarias que se realizan para poder atender a todos esos pacientes que no se han visto durante la mañana, todo esto ocurre por la falta de profesionales y va a ser imposible reducir las listas de espera de momento.
-¿La medida de las 72 horas anunciada por la junta de Andalucía nos va a dar una cita o una respuesta?
En ese plazo de 72 horas, el paciente va a tener una respuesta a su demanda si su centro de salud no tiene citas disponibles en un plazo de unos catorce días, que será ampliado en breve a veinte, a través de un backoffice, al que accederán los profesionales sanitarios y se pondrán en contacto con el paciente, lo que nos lleva a que la atención personalizada y continua en el tiempo, desaparezca. El problema es que el usuario puede ser atendido por cualquier médico que se puede encontrar incluso fuera de su misma provincia.
-La medida a simple vista puede convencernos porque reduce el ratio, ¿pero en realidad se retrasa todo el sistema?
Al final seguimos siendo los mismos soldados, se puede atender muy rápido, pero ¿qué hemos solucionado realmente?. Las listas de espera siguen siendo las mismas, a tu médico no lo encuentras porque una ausencia no está cubierta y hay cupos de pacientes sin médicos desde hace ya mucho tiempo.
Las bajas no se cubren y las vacaciones no se organizan
-¿Qué medidas reales contempláis desde el sindicato a través de las inquietudes que os trasladan los profesionales de atención primaria?
Reduciendo de 1.700 a 1.300 el cupo de usuarios por médico, ya te da la calidad de vida suficiente para poder atender a tus pacientes como debes hacerlo y genera un empleo que evita que el profesional se vaya al extranjero o al ámbito hospitalario.
-¿Los usuarios utilizamos bien el sistema sanitario de atención primaria?
En muchos casos tenemos un problema de concienciación, actualmente hay médicos que en la puerta de su consulta ponen el número de citas que no han acudido ese día y lo que es peor, no la han anulado. Esa falta de empatía también alarga las listas de espera.
-¿Se está mecanizando el proceso hasta tal punto de perder esa confianza médico-paciente?
El simple hecho de ir a la consulta a por una receta, no se trata de que el médico rellene los datos del medicamento en el sistema, es un acto médico en si mismo que puede servir para preguntarle al usuario por otras cuestiones de interés sobre su estado de salud.
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