El malagueño Rafa Borrego, uno de los 21 activistas españoles de la Global Sumud Flotilla liberados y trasladados a España este pasado domingo, ha ofrecido un duro testimonio sobre los malos tratos sufridos durante su detención en Israel. A su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, el andaluz ha descrito episodios de violencia física, intimidación con armas y condiciones «inhumanas» de reclusión.
«Nos han golpeado, nos han arrastrado por los suelos, nos han vendado los ojos, nos han atado de pies y manos, nos han metido en jaulas, nos han insultado», ha enumerado Borrego ante los medios congregados en el aeropuerto madrileño. El activista malagueño ha subrayado que todo se desarrolló «repetidamente en un tono de humillación y de violencia».
Entre las denuncias más graves, Borrego ha relatado cómo se les impidió dormir y se les negó asistencia médica durante su cautiverio, habiendo personas con necesidad de insulina y medicación que le fue requisada. Las condiciones de detención habrían sido deliberadamente degradantes, según el testimonio del andaluz.
El activista andaluz denuncia golpes, encierro en jaulas y amenazas con perros de ataque durante su detención por intentar romper el bloqueo de Gaza
El relato más impactante del malagueño describe las irrupciones en su celda por parte de grupos de guardias fuertemente armados. «En cualquier momento que uno llamara a algún policía o a un guardia, entraban como entraron en muchas de nuestras celdas, incluida la mía: siete personas o más, armados hasta los dientes, apuntándonos con los fusiles a nuestras cabezas, con perros dispuestos a atacarnos», ha detallado Borrego. Estas intervenciones habrían sido desproporcionadas y tendrían como único objetivo intimidar y atemorizar a los detenidos, según describe Borrego.
Huelga de hambre como protesta
Preguntado por los periodistas sobre si algún compañero se había declarado en huelga de hambre, el malagueño ha confirmado que «la mayoría» tomó esa decisión. «Yo mismo. Yo, por ejemplo, estaba en huelga de hambre. La mitad de mis compañeros», ha asegurado Borrego.
Esta medida de presión respondería a la desesperación vivida durante los días de cautiverio y a la falta de garantías sobre su situación legal y el plazo de liberación. A pesar del duro trance vivido, Rafa Borrego ha mantenido su compromiso con la causa que le llevó a embarcar en la flotilla humanitaria. «Lo que hay que hacer ahora es seguir la lucha», ha afirmado con determinación.
Según Borrego, «cientos de personas» continúan en prisión en condiciones similares o peores
«Nuestra posición es pedir la liberación de todos los presos palestinos que se pudren en las cárceles de Israel y ahora también nuestros presos que siguen ahí», ha reivindicado el andaluz, haciendo referencia a los activistas que aún permanecen detenidos. Según Borrego, «cientos de personas» continúan en prisión en condiciones similares o peores a las que ellos han experimentado. El testimonio del malagueño Rafa Borrego pone rostro andaluz a una misión humanitaria que pretendía romper el bloqueo de Gaza y llevar ayuda a la población palestina.
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