Otro caso más de violencia al personal sanitario en la provincia de Málaga. Y ya van 38 durante este año. El pasado martes 2 de septiembre, una médica del Hospital Costa del Sol de Marbella fue víctima de una agresión verbal durante el transcurso de una consulta externa programada. El incidente se produjo cuando un paciente, conocido en el centro por su carácter conflictivo y usuario habitual de los servicios sanitarios, respondió de forma violenta a las preguntas rutinarias de la facultativa.
Según el relato de testigos, el hombre no solo profirió insultos y amenazas, sino que además llegó a realizar gestos obscenos con intención de manosear las zonas sexuales de la profesional. La situación generó gran tensión en la consulta, hasta el punto de que fue necesaria la intervención del personal de seguridad del hospital, que condujo al paciente hasta la salida para evitar que los hechos pasaran a mayores.
Desde el sindicato médico han querido denunciar públicamente estos hechos con manifestaciones, subrayando que la situación de la sanidad andaluza, marcada por la saturación asistencial y la falta de recursos, no puede ser excusa para que los profesionales pongan en riesgo su seguridad física y salud mental en cada jornada laboral.
Hace unos días, en la tercera manifestación frente al Hospital Universitario Virgen de la Victoria, el Sindicato de médicos reclamó a la Administración autonómica la implantación de medidas más eficaces y contundentes que permitan erradicar estos comportamientos. «Todavía no se ha instalado una segunda puerta en las consultas para garantizar vías de escape seguras o el botón antipánico, que permanece desconectado y sin reparación», denunciaron.
Por ello, el SMM exigió la dimisión inmediata de la Dirección Gerencia y de la Dirección Económico-Administrativa del centro hospitalario por su falta de responsabilidad y protección con sus trabajadores. Unas medidas que pretenden acabar con la ola de agresiones a médicos en la provincia malagueña. Entre las propuestas, reclaman un refuerzo de la seguridad en los centros sanitarios y una mayor concienciación ciudadana que contribuya a dignificar la labor de médicos y enfermeros.
Con este último caso, la comunidad médica vuelve a alzar la voz contra una problemática que, lejos de remitir, continúa creciendo año tras año.