Nueve asociaciones vecinales como las de Heliópolis, del barrio de Pedro Salvador o Parque Vivo del Guadaíra han formulado alegaciones contra el estudio de ordenación del proyecto promovido por el Real Betis Balompié para el nuevo Estadio Benito Villamarín, que incluye levantar en su parcela anexa un nuevo inmueble de hasta 47 metros de altura para usos hoteleros y actividades ligadas a la salud, al deporte y al ocio.
Estas alegaciones han sido formuladas después de la reciente publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) del acuerdo adoptado el pasado 24 de abril por la junta de gobierno del Ayuntamiento para la aprobación inicial de este estudio de ordenación promovido por Real Betis Balompié, «y cuyo ámbito de actuación se circunscribe a la parcela donde se ubica el Estadio Benito Villamarín, los suelos colindantes al oeste propiedad del Ayuntamiento calificados por el PGOU vigente como equipamiento deportivo privado y una parte de viario municipal aledaño al estadio en la avenida de la Palmera», con una superficie total de 44.232,87 metros cuadrados.
Sugerencias previas
El mencionado acuerdo de aprobación inicial de este estudio de ordenación detalla que, en el trámite de consultas previas del proyecto, fueron recibidas «sugerencias» por parte de Ecologistas en Acción, otra firmada conjuntamente por Parque Vivo del Guadalquivir, Asociación Foro de Heliópolis, Asociación de Vecinos Reina Mercedes, Asociación Bermejales Activa, Asociación de Vecinos Pedro Salvador, Asociación de Vecinos Puerto de Sevilla, Asociación de Vecinos del andes Heliópolis y Asociación de Vecinos Heliópolis Las Siete Calles; y las restantes firmadas por la edil de Podemos-IU Susana Hornillo, ciudadanos a título particular, la Asociación de Vecinos Puerto de Sevilla y la Asociación Palmera Agenda 29; «todas ellas remitidas a los promotores para su consideración».
«Supone un grave perjuicio a la ciudad, ya que los parámetros que se utilizan para la valoración de los suelos se refieren al valor catastral del 2000»
En su escrito de alegaciones, estas asociaciones avisan que la ordenación planteada por el club supone «un grave perjuicio a la ciudad, ya que los parámetros que se utilizan para la valoración de los distintos suelos de la manzana objeto de la nueva ordenación, sorprendentemente se refieren a valores de la ponencia catastral del año 2000», basados en «un estudio de mercado inmobiliario del año mismo en que se realiza su revisión y, por tanto, obsoletos».
«Dado que el Ayuntamiento debe defender los intereses de la ciudad, se presenta contra el valor propuesto por el Betis de 16.553.000 euros que figura en el expediente, un nuevo valor de la aportación municipal basado en datos del mercado inmobiliario actual, por lo que se valora la aportación del Ayuntamiento en 49.971.380 euros, que podría ser aún mayor si se tiene en cuenta el valor potencial del aprovechamiento del subsuelo y de los miles de metros cuadrados de terrazas objeto de aprovechamiento lucrativo que están por definir, ya que todo este potencial edificatorio no se podría realizar sin la inclusión del suelo municipal mencionado en esa operación urbanística», proponen.
Impacto en el tráfico
«Los modelos de simulación presentados para medir el impacto del tráfico se consideran incompletos y minusvaloran el trafico generado por lo que se solicita un estudio de movilidad independiente y solvente que valore el impacto de los nuevos usos que se pretenden implantar», agregan, considerando «insuficiente» el estudio acústico incorporado y reclamando «un estudio prospectivo del impacto acústico de las actividades a implantar, incluyendo la posible celebración de conciertos, el de tráfico, de las actividades y nuevos usos en las edificaciones y terrazas diseñadas».
Además, advierten de que el estudio de ordenación intenta «legalizar el edificio actual del estadio, que se encuentra fuera de ordenación, y realizar una modificación del PGOU vigente que pueda amparar el proyecto del nuevo estadio, que no se ajusta ni en superficie ni en Volumen a la normativa urbanística actualmente vigente».
Como contrapartida, según el club, la construcción del citado edificio anexo llevará consigo que la entidad deportiva esté obligada a facilitar al Ayuntamiento de Sevilla unos 3.000 metros para dotaciones públicas, así como liberar también unos 2.500 metros del espacio del estadio correspondiente a su fachada con la avenida de la Palmera.
Versión municipal
Las asociaciones vecinales se oponen a la construcción anexa al recinto deportivo «con 32.000 metros cuadrados de suelos de usos terciarios, ya que tensionaría aún más un sector ya saturado, afectando gravemente a la calidad de vida y al paisaje urbano heredado de la ciudad de la Exposición Iberoamericana de 1929».
Para los colectivos, este proyecto «no convence a los vecinos de unos barrios que conviven malamente los días de fútbol con su vida cotidiana, más aún cuando se publicita la idea de un modelo de explotación intensiva del espacio 365 dias/24 horas».
Al respecto, el acuerdo de aprobación inicial de la junta de gobierno sostiene que el mencionado estudio de ordenación, «establece una relación proporcionada y equitativa entre los beneficios del Ayuntamiento de Sevilla y el Real Betis Balompié, mediante la cesión gratuita al Ayuntamiento de parte de la edificación proporcionalmente al suelo que aporta, con objeto de dar respuesta a la demanda de equipamiento público».
El proyecto, según el Ayuntamiento, «va a proporcionar un impacto positivo de gran valor a la imagen de Sevilla, mediante un edificio icónico, de representatividad de la ciudad, y reconocimiento colectivo, con proyección de la imagen internacional, posicionándose como nuevo nodo de centralidad activador de sinergias urbanas».
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