El principal acusado de su presunta relación con la preparación y realización del asesinato de un hombre en Málaga capital por, presuntamente, un ajuste de cuentas relacionado con droga, ha negado este lunes todos los hechos por los que le juzga un jurado popular en la Audiencia de Málaga.
El juicio ha comenzado este lunes tras la selección del jurado y la lectura de los escritos de acusación y de defensa, que fueron el pasado viernes. Además de este acusado, hay otros tres que han dicho que no sabían que estuvieran ayudando o encubriendo un asesinato con sus acciones.
La Fiscalía pide 22 años y siete meses de prisión para el principal acusado, quien, según las conclusiones iniciales, junto a otro hombre que está en busca y captura, fue el que habría decidido acabar con la vida de la víctima, un ciudadano congoleño residente en Francia.
Este procesado, que solo ha contestado a las preguntas de su defensa, ha dicho que no participó en los hechos ni conocía a la víctima, además de negar también que quedara con este hombre y que conociera al resto de acusados, sólo a uno.
Llegó a Málaga con un pasaporte que no era suyo
Según la acusación pública, este procesado y el otro hombre no juzgado «idearon un plan en el que actuando conjuntamente se ejecutaría en la ciudad de Málaga, donde sería citado mediante engaño». La víctima llegó en marzo de 2019 al aeropuerto procedente de París, utilizando un pasaporte francés que no era suyo.
Con la finalidad de «asegurar la muerte sin riesgo propio alguno», dice el fiscal, el acusado planeó que se realizaría en las inmediaciones de la depuradora de Emasa, en el Polígono de Guadalhorce, organizando el traslado a dicho lugar «deshabitado» en vehículos de alquiler.
Conscientes de que podrían relacionarlos, solicitaron el auxilio de un conocido, otro de los acusados, quien, según esta acusación, «se prestó a ello, no estando acreditado que conociera de antemano las intenciones de aquellos». Este sería, apuntan, quien pediría la colaboración de los otros dos procesados.
Según el ministerio público, estos se encargarían de alquilar tres vehículos, presentando para formalizar el contrato una carta de identidad italiana falsa, y que fueran trasladados al lugar designado para entregárselo al principal acusado y al otro hombre que está huido con el fin de ir a recoger a la víctima.
Estos dos llevaron a la víctima hasta esa zona del polígono y, tras bajar del vehículo, «le dispararon con un arma de fuego que utilizó solo uno de ellos, sin poder concretarse quien, efectuados todos por la espalda, impidiendo cualquier tipo de defensa y con la finalidad de asegurar el resultado mortal y sin riesgo alguno para los autores».
Se refugiaron en Marbella
Estos disparos le ocasionaron la muerte al alcanzarlo en once ocasiones. Se efectuaron a corta distancia y le impactaron en la cabeza, cuello y tronco, afectando a estructuras vitales como pulmones. Esto le produjo la muerte, si bien el fallecimiento se produjo con el último disparo «con el que fue ejecutado, el cual alcanzó su cabeza cuando yacía ya caído en el suelo».
Tras esto, se dirigieron a Marbella, donde dejaron los coches y ordenaron a uno de los supuestos intermediarios que limpiara el interior, momento en el que los tres supuestos colaboradores tuvieron conocimiento de que habían sido utilizados para tal fin.
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