El tiempo:
101TV

Reencuentro exprés del rey Felipe VI con la Patrona de Granada

Dicen que lo bueno, si breve, lo es por dos veces, y algo así debe de haber pensado el rey Felipe VI en su fugaz reencuentro con la Virgen de las Angustias. Porque sí, se conocían de antes. «Tú no te acordarás, pero cuando eras pequeño, venías a mi casa», podría haberle recordado la Patrona, al más puro estilo granadino. Tal vez, hasta lo hubiera hecho de haber dispuesto de más tiempo. Fue un saludo exprés. En apenas diez minutos, el monarca llegó, saludó a los curiosos, profesó una vez más la devoción de la Corona por la imagen y se marchó, ya condecorado como es debido por su título de hermano mayor perpetuo de la hermandad.

Todo fueron emociones, alguna reivindicación y, sobre todo, prisas. Pero hasta que apareció el coche con una corona por matrícula, el corazón de la ciudad latía con expectación. Apenas rebasaban las 9:15 horas y, agolpadas en las vallas con las que las autoridades marcaron el recorrido del monarca, ya había un par de filas de curiosos. En la parcela destinada a los medios de comunicación, se iban desplegando los trípodes en lo que el gentío calentaba motores como en la previa de un partido de fútbol: «¡Viva el rey!», vitoreaban, entre alguna protesta por los derechos de las personas sin hogar de Granada y, también, un acompasado «Sánchez, dimisión». Le habrán pitado los oídos.

Llegaron las alineaciones, con aplausos sonoros para cada protagonista que asomaba por la puerta trasera de un vehículo negro. Arribó antes que nadie la consejera de Fomento, Rocío Díaz, que no ocultó su sorpresa al comprobar que era la primera. «Soy la más puntual», presumió. Al poco, apareció el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, clavadas las miradas en su paso sobrio hasta la formación que aguardaba al monarca. Pero ninguno de ellos tuvo el recibimiento del que disfrutó Juanma Moreno. El presidente de la Junta despertó un alarido común que debió de hacerle sentir toda una estrella del rock a los pies de la Basílica. Casi se pudo comparar a la reacción que despertó el retorno del rey. Marifrán Carazo, aunque también agasajada con palmas y algún diálogo con los curiosos, sí escuchó alguna protesta. «Te puedes poner la Zona de Bajas Emisiones en tu casa, no en la mía», emergió una voz.

De repente, la orden del cuerpo de seguridad de la Casa Real alertó de que Felipe VI se aproximaba. «¡Todos los equipos al suelo y os ponéis dos metros más atrás!», decretó uno de los integrantes, para abrir paso al hocico del perro que se encargó de olfatear todas las herramientas de la prensa. Lo siguiente fue la llegada del vehículo oficial en que se acomodaba el rey. Se detuvo frente a la Patrona y despertó cierta duda entre los más de cien granadinos que aguardaban, disipada por completo cuando, con una sonrisa amplia, se bajó el monarca.

Saludos y fotos con los granadinos

Saludó afable y, sin titubear, se dirigió directamente al público que le aclamaba a uno de los costados de la entrada a la Basílica. Repartió afectuosos saludos, apretones de manos, fotos y autógrafos, antes de hacer lo propio en el sector ubicado frente al portón. El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, le dio la bienvenida, inmediatamente antes de guiarle hacia el interior del hogar de la Patrona de los granadinos. Allí, con el himno de España resonando entre los muros, se dirigió hacia el altar de la Virgen de las Angustias y, posteriormente, al camarín, donde ha recibido la condecoración correspondiente a su posición. También se le hizo entrega de un recuerdo de la primera vez que estuvo allí, que ha suscitado una risa real.

«Ha sido una visita emocionante. Ha sido ese momento tan íntimo en el camarín, donde se le ha entregado la medalla como hermano mayor perpetuo de la hermandad y la relación que la Corona siempre ha tenido con la Virgen de las Angustias», ha expresado a este medio el hermano mayor de la  cofradía, Antonio González. «Se puede decir que Nuestra Señora está vestida con la corona, pero no, está vestida con los regalos que la Corona ha ido haciendo a través de los siglos», se ha congratulado, antes de recordar que Felipe VI «ya había estado» con la Patrona. Ha tenido varias visitas y espero que no sea la última. Ha trasladado una felicidad por estar ahí y, por supuesto, que volverá seguro», ha aseverado.

Para entonces, el rey ya se había marchado. Salió con un paso ligero, acompañado de la música que desde el órgano en el interior de la Basílica le envolvía. Se montó raudo en el coche y se perdió al girar la esquina, descolocados incluso los integrantes de su cuerpo de seguridad. «¡Vamos, rápido!», se apresuraron de inmediato para alcanzarle. «¿A qué hora viene?», preguntó una vecina ilusionada. «¡Si ya se ha ido!», respondió otro viandante. Aguardaba el Monasterio de San Jerónimo, donde preside la reunión anual de las cinco Reales Maestranzas de Caballerías, así como la entrega del XXV Premio Hernán Pérez del Pulgar, desde donde partiría seguidamente hasta el Hotel Palacio de Santa Paula, para mantener un encuentro con una delegación del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica. Una agenda apretada, sin siquiera un hueco para que Felipe VI pudiera disfrutar de las tapas antes de regresar a casa.

Más noticias de 101TV en las redes sociales: InstagramFacebookTik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es

Otras noticias de interés

Declarado un incendio forestal junto al cementerio de Loja

101 TV

Granada gana suelo público y viviendas con el proyecto de reparcelación de ‘Argentinita’

101 TV

La hermandad del Rocío de Granada sale rumbo a Almonte

101 TV