La Guardia Civil de Granada ha realizado dos rescates durante la tarde de este pasado domingo, uno de ellos en el entorno del río Verde, en el término municipal de Otívar, en la comarca de la costa, y el otro en el de los baños de Alicún, en la localidad de Villanueva de las Torres, en los Montes.
Sobre las 14.15 horas, el servicio coordinador de Emergencias del 112 Andalucía informó a la Guardia Civil que una persona que se encontraba realizando senderismo en la parte inferior del barranco de Río Verde había sufrido una caída vertical y se había golpeado múltiples zonas del cuerpo.
Dadas las características del lugar del accidente, una zona encajonada en el barranco, se activó inmediatamente a la Unidad Aérea de la Guardia Civil de Granada, junto a dos especialistas del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim), que se trasladaron al lugar.
Al llegar, los agentes del Greim descendieron hasta la zona donde se encontraba la accidentada, una mujer de 55 años, utilizando la grúa del helicóptero. La inmovilizaron, la introdujeron en la camilla y, tras subirla a la aeronave, la trasladaron inmediatamente al Clínico de Granada, donde los servicios médicos se hicieron cargo de ella.
El segundo rescate de la tarde tuvo lugar sobre las 18.15 horas y fue realizado por los agentes del Puesto de la Guardia Civil de Gor. Mientras recorrían la zona de los baños de Alicún, fueron alertados de que un grupo de jóvenes, de entre 15 y 23 años, se encontraban atrapados en una roca en la Rambla de la Becerra.
Los jóvenes se estaban bañando en las pozas naturales que se encuentran unos 20 metros río arriba, cuando fueron sorprendidos por la crecida de la rambla. El agua bajaba con fuerza y los arrastró. Lograron agarrarse y subirse a la roca donde se encontraban en ese momento, si bien no podían salir, pues corrían el riesgo de ser arrastrados por la corriente, barranco abajo.
Los agentes de la Guardia Civil, con la colaboración del socorrista y un trabajador del complejo de los baños de Alicún, localizaron una cuerda con la que poder rescatar a los jóvenes. Aprovecharon que el nivel del agua había descendido un poco para asegurar la cuerda a un árbol y lanzarles el otro extremo. Uno a uno se ataban la cuerda a la cintura, bajaban de la roca y con la ayuda de los agentes que tiraban de la misma lograron llegar a la orilla.