El Colegio Oficial de Médicos de Málaga celebró este martes en las instalaciones de su sede la XVIII edición de su pregón taurino, que fue pronunciado por el doctor Rodrigo Orozco, presidente de la Asociación de Ginecólogos y Obstetras de Málaga (AGOM), miembro de la junta directiva de la sección de asistencia privada de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Quirónsalud Málaga, director médico de Clínica Palacios Málaga y co-director de Training and Education Center (TEC) en Málaga.
Orozco, que fue presentado por el pregonero del año anterior, el también doctor Enrique Vargas, médico de familia y actual gerente del Distrito Sanitario Málaga-Guadalhorce, inició su disertación agradeciendo el encargo de exaltar la pasión taurina, un ofrecimiento que destacó como «más que un honor», para continuar explicando que «es una emoción profunda que nace del corazón, como un pase natural bien trazado o como un diagnóstico certero que da sentido al tiempo y al esfuerzo».
El galeno jienense se presentó no solo como médico, malagueño de adopción o aficionado, sino «como quien lleva dentro una memoria de albero y clarines, de infancia entre barreras y paseíllos, de un padre que enseñaba a mirar el arte del toreo como se mira una obra de Goya: con respeto, con silencio, con verdad. Nací en Jaén, tierra brava y noble, pero fue Málaga la que me acogió…», enfatizó.
Toreo y medicina
A continuación, Orozco, que rememoró a lo largo de su alocución recuerdos de sus vivencias en La Malagueta y su vinculación con la tauromaquia desde la niñez, remarcó la cercanía entre el toreo y la medicina. «Porque entre la bata blanca y el traje de luces hay más cercanía de la que algunos imaginan. Ambos requieren vocación. Ambos reclaman estudio, preparación, oficio. Ambos exigen un pulso firme ante lo incierto, y una mirada serena ante el dolor», dijo. En este mismo sentido, añadió que «cuando un torero me llama ‘doctor’, y yo le devuelvo el ‘maestro’, no hay ironía en ello. Hay un reconocimiento mutuo: de quien se juega la vida… y de quien se la guarda».
Asimismo, tras hacer un canto a Málaga, de la que ensalzó que «entre todas sus bellezas, la más valiente es su alma taurina», y subrayar que La Malagueta «no es solo un coso, es un templo», recordó las grandes figuras que brillaron en su albero: Cúchares y Lagartijo, Manolete y El Gallo, El Niño de la Palma, Antonio Ordóñez, El Viti, José Tomás o Saúl Jiménez Fortes.
Sobre la feria taurina de Málaga de este año, citó a los espadas que harán el paseíllo en el coso del Paseo de Reding tildando a Morante como «eterno y puro», a Talavante, como «arte y misterio»; Roca Rey, como «juventud y acero»; a Cayetano, como «herencia viva»; o a Fortes, como «Málaga en el alma».
Por último, argumentó que el verdadero protagonista es el toro y que «la fiesta no es espectáculo. Es símbolo», dijo, antes de hacer una defensa de la tauromaquia. «Y mientras haya un niño en la plaza mirando con los ojos abiertos de asombro, mientras haya un viejo que llore en silencio en el tendido recordando a su padre, mientras un clarín siga partiendo la tarde y un olé sincero cruce el albero… Mientras eso ocurra, señores, la fiesta seguirá viva. Porque no se puede matar lo que nace del alma».
Caras conocidas
Al acto asistieron la delegada de la Junta de Andalucía en Málaga, Patricia Navarro; el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro; el director de Asuntos Taurinos de la Diputación Provincial, Borja Ortiz; el presidente de la plaza de toros de La Malagueta, Carlos Bueno; el presidente de la Fundación Bidafarma, Leandro Martínez; el nuevo hermano mayor de Fusionadas, Rafael Romero; y el torero malagueño Fortes; además de médicos y aficionados a la tauromaquia.
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