A Pedro Sánchez le pilló el inicio de la semana en el cogollo de la política internacional y con ‘las calores’ propias de Sevilla al filo de julio. Mientras tanto la tensión crecía con el escenario de un Santos Cerdán que se iba directo del Tribunal Supremo a la cárcel de Soto del Real, aunque otra vez más el dirigente del puño y la rosa eligió no inmutarse.
Si ya se vislumbraban cambios en el Gobierno y la estructura del PSOE entre el cónclave socialista del sábado 5 de julio y la comparecencia del presidente del miércoles 9 en el Congreso, ahora la reforma del Ejecutivo parece irrevocable. En cualquier casa sería así. Pero cuando se trata de Sánchez lo imprevisible toma fuerza y lo que trasladan fuentes de Ferraz es que, de momento, no se contemplan cambios drásticos en lo que al apartado gubernamental se refiere.
Según destacan los medios nacionales, aunque hay tristeza en el seno socialista por el ingreso en prisión de quien hasta hace dos semanas era secretario de Organización del partido, la estrategia de Sánchez iría por no hacer cambios radicales en su Gobierno y centrar los principales movimientos a nivel partidista.
El Tribunal Supremo decreta prisión provisional y sin fianza para Santos Cerdán
Conviene recordar que la última palabra la sigue teniendo el presidente del Gobierno y líder nacional del PSOE que casi siempre ha elegido el mes de julio para hacer cambios importantes en su estructura de Gobierno. Y ahora está en su julio más crítico, con el Ejecutivo y el propio partido cercados y salpicados por la supuesta tramo corrupta del caso Koldo. Pero, quizás por ese momento tan duro, advierten, no pretende generar una crisis de gobierno más profunda con cambios de calado en los ministerios.
Este fin de semana llegará la Ejecutiva Federal que arrojará algo de luz sobre cuál es la radiografía interna del Partido Socialista. El presidente anunció en su momento que iba a hacer una importante reforma interna de arriba a abajo además de plantear medidas contra la corrupción. Por lo pronto, tendrá que designar nueva cúpula después de que eligiera una Secretaria de Organización interina con Cristina Narbona y la malagueña Ana Fuentes, señalada en el ‘caso Koldo’, entre otras personas.
Lo del Gobierno está por ver y depende de lo que ocurra en el cónclave del 4 y 5 de julio, donde lo lógico es que algunos sectores críticos eleven la voz, se podría guardar alguna bala para su comparecencia del miércoles 9 en el Congreso. Pero una semana vista en Sánchez es mucho aventurar y solo él sabe hasta dónde quiere y puede llevar este panorama de tensión política a la que, por otro lado, vive acostumbrado.
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