Con la llegada de la Nochevieja, la uva se vuelve a convertir en la gran protagonista de la cena del 31 de diciembre. La demanda de uvas se dispara impulsada por la tradición de tomar las doce uvas al ritmo de las campanadas, una costumbre muy arraigada y que marca el inicio de un nuevo año. Muchos granadinos se han acercado ya a las fruterías para comprar las tradicionales uvas de la suerte. Los más previsores, la semana pasada y los menos, el día previo a la Nochevieja, ya que no han querido arriesgarse a quedarse sin ellas.
En el Mercado de San Agustín, Maruchi, una granadina que vive en Barcelona desde hace más de cuatro décadas y que ha regresado a su tierra para pasar la Nochevieja en familia, ha acudido con su hija a comprar las uvas a la frutería Frudori y Carolina. «No pueden faltar cada año», asegura. Para la cena del último día del año ya lo tiene todo listo. «Hemos comprado unas costillitas de cordero. Haremos la sopa típica de picadillo y los postres. Y una copita de cava, cómo no», comenta Maruchi mientras hace cola para adquirir las uvas.
En el entorno del Mercado de San Agustín, una pareja de Maracena pasea tranquila y es que ellos ya tienen las uvas para Nochevieja desde hace una semana. «Las compramos ya en una compra grande que hicimos. Las tomamos en familia, con nuestros hijos siempre», comentan.
En otras fruterías cercanas hay colas para comprar las uvas y en algunas incluso ya se han agotado, pero el mismo día de Nochevieja repondrán para que los clientes no se queden sin ellas y puedan tomarlas como es tradición al ritmo de las campanadas. Juan había acudido a Frutería Yolanda con la intención de llevarse ya las uvas, «pero se han terminado». «Por la mañana vendré a por ellas. Las uvas no pueden faltar en la mesa. No sé si son de la suerte o no, pero es una tradición y hay que cumplirla», apunta.
¿Por qué comemos doce uvas en Nochevieja? Este es el origen de la tradición
En la zona de la Plaza de la Romanilla, en la frutería ‘El caramelo’, las uvas son también las más solicitadas en el día previo a la Nochevieja. José Antonio Rodríguez cuenta mientras despacha a una señora que «el día grande» de ventas es la misma mañana del 31 de diciembre, aunque lamenta que en los últimos años «se venden menos porque cada vez hay más cotillones fuera y menos gente se queda en casa». Aún así, asegura que en su frutería afortunadamente venden «todo el año, pero las ventas lógicamente aumentan más en estas fechas».
A pesar de que ya quedan pocas horas para tomarse las uvas y con el riesgo de quedarse sin ellas, hay quienes también tantean un poco en las distintas fruterías granadinas para valorar los precios y las variedades. «Aún no las he comprado. Estamos tanteando los precios y a última hora lo que va a pasar es que saldrán más carillas. Pero miramos que no tengan semillas, que la piel no sea muy gruesa…Nos ponemos ya un poco picajosillos ya que es un día especial, vamos a buscarlas más buenecillas, aunque en el comercio local seguro que son todas buenas», explica otra granadina que asegura que en Nochevieja «las uvas no pueden faltar en la mesa».
Las fruterías granadinas registran en la horas previas a la Nochevieja su mayor pico de ventas de uvas. Y es que el ritual de comerse las 12 uvas al ritmo de las campadas se ha consolidado para atraer la buena suerte en el nuevo año.
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