El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de diez años y nueve meses de prisión para el patrón de una patera que encalló con 22 personas a bordo en la isla de Alborán donde empujó al mar a un cabo de la Armada que trataba de impedir su huida, que se vio frustrada cuando finalmente el perjudicado y otro soldado consiguieron subir a bordo y reducirlo.
El Alto Tribunal inadmite el recurso de casación impulsado por la defensa del condenado y confirma la sentencia de apelación emitida por el TSJA, que tras estimar parcialmente un recurso, absolvía al acusado de uno de los dos delitos de lesiones leves por los que inicialmente fue condenado al tiempo que rebaja la pena por un delito contra la salud pública, ya que en el momento de los hechos portaba además consigo varias dosis de hachís.
El auto recoge cómo el acusado planeó llevar de forma clandestina hasta a España a 21 hombres y un menor de origen marroquí a bordo de una embarcación semirrígida de 13 metros de eslora potentemente equipada con cuatro motores fueraborda de 300 caballos cada uno.
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El suceso
Así, el 22 de mayo de 2023 se echó a la mar con los migrantes y patroneó la embarcación a pesar de carecer de los conocimiento y la pericia suficiente para ello. Gran parte de la navegación se realizó en horario nocturno, «sin iluminación, ni sistemas de orientación y navegación».
La embarcación alcanzó sobre las 06.15 horas de ese mismo día la isla de Alborán, donde encalló en la zona del muelle de poniente. En este sentido, sus ocupantes fueron interceptados por las Fuerzas Militares del Tercio Sur del Tercio de Armada de San Fernando, que presta servicio en el islote donde hay un destacamento naval.
Los inmigrantes intentaron devolver la embarcación al agua mientras que el acusado seguía a los mandos de la misma, momento en el que el cabo del Ejército «perfectamente identificado y uniformado» intentó subirse para detener al piloto. Frente a ello, el acusado hizo «caso omiso» de sus indicaciones y «lo empujó fuertemente al agua, golpeándose contra la embarcación».
El acusado siguió acelerando los motores de la nave con la idea de desencallar para regresar al mar aunque no pudo conseguir su propósito. Así, mientras que dos de los militares disparaban con sus armas reglamentaria hacia los motores hasta que uno de ellos y el propio cabo, «tras forcejear con el acusado», consiguieron «reducirlo y detenerlo».
Registro
En su registro, los militares hallaron entre las ropas del acusados casi 190 gramos de resina de cannabis, valorada en 1.277,35 euros, y dos bolsas de cocaína que habrían superado los 46.600 euros en el mercado ilícito al que estaba destinado.
Durante el viaje realizado «se puso en peligro la vida e integridad de todos los que viajaron a bordo de la embarcación», ya que la misma no estaba capacitada para realizar trayectos tan largos ni soportar los vientos de hasta 33 nudos que se dieron en la zona, afectada por «fuerte marejada» con olas de hasta dos metros y medio.
Además de ello, la embarcación se encontraba sobrecargada al llevar no solo por llevar un alto número de personas, sino porque además transportaba 20 garrafas de combustible y tres de aceite de motor.
Por estos hechos, el acusado fue condenado a seis años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, a tres años de cárcel por un delito contra la salud pública así como a otro año y nueve meses de prisión por un delito de atentado ante las lesiones sufridas por el cabo. También se le impuso una pena de dos meses a razón de 12 euros diarios por un delito leve de lesiones al militar con el que forcejeó.
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