Susana Díaz y Pedro Sánchez han tenido vidas paralelas en las que parece que el roce no ha acabado haciendo el cariño pero cada cual ha acabado ‘haciendo su vida’. La trianera, damnificada por los cismas socialistas y el sorpasso del PP andaluz, ha ido sanando la derrota interna contra el rodillo sanchista y la externa (la primera vez que el PSOE que perdió la Junta de Andalucía) entre los focos de platós como tertuliana televisiva y el colchón de contar con el escaño en el Senado. «En política a veces te la juegas, como yo, y pierdes y te caen mantas de palos como me ha pasado a mí», ha asegurado Susana Díaz este lunes en Málaga desde su púlpito de constitucionalista.
Es una política que dice esta estar profundamente preocupada con el auge de la «ultraderecha» por encima de cualquier otro tema de actualidad y por lo que considera un «encanallamiento» de este oficio al que se dedica: «Volvería a hacerlo todo igual al 99%, aunque con más arte, mesura y evitaría que me hiciera trajes», ha concluido sobre su recorrido parlamentario.
Susana Díaz, sobre los WhatsApp de Sánchez: «Tengo espíritu bético; yo ya no miro para atrás»
A sus 50 años es una política más madura, que se piensa las cosas antes de decirlas. En un Centro Cultural La Malagueta casi lleno y con tres cuartas partes del público en edad de jubilación o, como mínimo frisando la pensión, la senadora ha desgranado su visión de la política en la serie de conferencias ‘Un Diálogo Constitucional’ que presenta el periodista Teodoro León Gross. Quizás porque siempre ha ‘manca algo de finezza’ o porque con el público joven no tiene el toque de Sánchez, sus caminos han sido distintos. Pero lo que no se le puede negar es que es una persona directa. Y con los ‘guasaps’ entre Sánchez y Ábalos tan calientes, la ocasión era propicia para ver si ya había curado también esta reciente herida.
Tras tomar distancia en la última semana, ha apelado a que ahora es más sensata y madura para afrontar estos malos ratos de la política. Ha recordado, entre lágrimas, cuando perdió las primarias del PSOE o las elecciones de la la Junta de Andalucía y haber tenido la misma sensación. «A otra dimensión, me planteé dejarlo todo», ha indicado afirmando que, no obstante, es más lo que ha recibido en esto días para volver con más calma y serenidad. «Veo la cosas con más templanza, aunque lo que dije es lo que pienso, pero si fuera rencorosa no seguiría. No me ha gustado, es evidente, pero miro para adelante», ha indicado sobre la necesidad de plantear ahora los análisis de gestión de su partido con mayor mesura.
La necesidad de la Reforma Electoral
«El WhatsApp lo carga el diablo y el móvil es un arma de destrucción masiva», ha incidido una Susana Díaz, que durante la hora y media de conversación en Málaga ha señalado alguna de las que considera las claves del escenario político actual. En este sentido, ha apelado a la Reforma de la Ley Electoral incluyendo una segunda vuelta en las urnas como método para hacer frente a la ola de la «ultraderecha».
«Lo que pasa en Portugal siempre es la antesala de lo que luego pasa en España», ha recalcado sobre el auge del partido Chega (la versión lusa de Vox) en las elecciones de este pasado domingo. A nivel nacional, ha hecho un llamamiento a no romper puentes y a buscar siempre las mayorías. Por supuesto, no podía faltar el piropo a los padres constituyentes como el mayor esfuerzo de generosidad. Y no ha sido especialmente dura con el 15-M del que ha afirmado que rompió esos consensos de décadas atrás a pesar de tener su parte positiva.
«Por encima de socialista soy demócrata y he conocido a generaciones de políticos que se daban la mano», ha recalcado Susana Díaz, quien ha repetido en numerosas ocasiones la palabra «encanallamiento» como el principal mal que recorre la política actual en España y Europa. «Hay fuerzas políticas que no se hablan, que no se escuchan», ha explicado sobre el momento en que todo hizo crack y empezó a ganar terreno la ultraderecha.
«No somos un ejemplo para los chavales más jóvenes, no somos un ejemplo para nadie»
«Hoy uno mira las Cortes, en las que estoy, y no me siento cómoda. No creo que seamos un ejemplo para los chavales más jóvenes, no somos un ejemplo para nadie», ha manifestado sobre este momento de envilecimiento que, a su juicio, vive la política. Todo pese a que
Un nacionalismo «menguante» y la financiación
Sobre la cuestión catalana, Susana Díaz ha opinado que «el separatismo nacionalista» está menguando y que siempre han tenido un suelo electoral. Ante este problema recurrente en la historia reciente de España, la socialista ha remarcado su posición sobre la necesidad de que exista una segunda vuelta para mejorar la vida política y la democracia española.
«En España nos hemos acostumbrado a reducir elecciones, a evitar bloqueos contribuyen a que los ciudadanos crean en a política en un mundo donde todo es inmediato y crece lo ultra, lo vamos a pagar más a la derecha y con mayor inestabilidad», ha reflexionado la tertuliana televisiva sobre el momento que vive el Estado y la Unión Europea.
Sobre Andalucía ha indicado que haber sido presidenta y la única mujer que ha dirigido la Junta de Andalucía «es lo más grande», por encima incluso de España. Y respecto al problema de la financiación, ha aclarado que ella no le ve mucha vuelta de hoja y que hoy lo sufre el popular Juanma Moreno igual que ella lo sufrió cuando dirigía el Ejecutivo autonómico.
Un feminismo que no se divida
Para concluir, en el turno de preguntas ha sido cuestionado por cómo ve el feminismo actualmente. En este sentido, ha criticado las corrientes que dividen el feminismo y la necesidad de que todas las personas, hombres y mujeres, remen el mismo sentido para apoyar esta causa.