Hay noches que no se olvidan. Noches en las que la televisión deja de ser un medio y se convierte en un punto de encuentro, en un espejo donde una ciudad entera se reconoce. La de ayer, con el especial de Al Cielo dedicado a las elecciones de la Hermandad de la Macarena, fue una de esas noches: 134.000 personas en directo nos acompañaron desde sus televisores, más de 10.000 lo hicieron a través del canal de 101TV en YouTube, etc. Pero lo verdaderamente importante no es la cifra, es lo que representa. Representa confianza. Representa cercanía. Representa un sentimiento compartido.
La revolución de Al Cielo de 101TV Sevilla consiste en usar un nuevo lenguaje para una devoción de siglos, Al Cielo no es solo un programa, es una forma distinta de contar lo que sentimos. Una manera de hablar de tú a tú, de hermano a hermano, con un lenguaje directo, sincero y respetuoso. Una fórmula que rompió moldes desde su irrupción y que hoy otros intentan imitar. Es un programa valiente, que es capaz, el único, de conseguir que tres maneras de sentirse macareno acudan a una misma mesa para hablar de lo que les une, la hermandad.
Queda claro que la información cofrade llevaba tiempo pidiendo algo así: naturalidad, transparencia, emoción sin artificios. Al Cielo llegó para cambiar las reglas, para demostrar que se puede informar con profundidad y, al mismo tiempo, crear un espacio donde cada devoto se sienta escuchado y representado. Ese cambio se hizo especialmente visible el día 23 de junio cuando 101TV contó en directo la primera de las noches decisivas de la restauración de la Macarena. Más de 273 mil personas siguieron en directo en televisión y más de 123 mil en YouTube. Allí vivimos, codo con codo con los macarenos, momentos que marcaron un antes y un después en la hermandad. Fueron emisiones históricas que lograron los mayores récords de audiencia en Sevilla y que confirmaron que Al Cielo se había convertido en referente indiscutible de la televisión cofrade de nuestro país.
Ayer el camino continuó, por primera vez, los tres candidatos —José Luis Notario, Pedro Ignacio García Rivero y Fernando Fernández Cabezuelo— se sentaron con Curro Bono para compartir plató y exponer sus ideas y sus modelos de hermandad ante miles de hermanos que siguieron cada detalle. Notario defendió la gestión y explicó con precisión la restauración de la Virgen. García Rivero reivindicó la unidad, la serenidad y un proyecto moderno sin perder la tradición. Cabezuelo, desde la emoción, apeló a la cercanía y a un modelo más abierto e igualitario.
Fue un programa intenso, honesto, necesario. Información pura. Servicio público. La televisión que acompaña, que escucha y que cuenta.
Nuestro eterno agradecimiento, una vez más, por hacernos sentir con orgullo nuestro trabajo, por unirnos en este sentimiento de equipo profesional que hice posible esta y otras muchas noches y, por supuesto, eterno agradecimiento a la audiencia que nos convierte en historia de la televisión de Sevilla en cada retransmisión o programa.
Gracias a todos los que encendieron la televisión. A los que nos siguen en redes. A los que confían en una forma distinta de contar la realidad cofrade.
Aquí seguiremos ahí, donde esté la verdad, donde esté la gente, donde esté la Esperanza. Siempre.
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