La Universidad de Granada ha reiterado su compromiso con la restauración del patrimonio cultural afectado por la DANA de Valencia, de la que este 29 de octubre se cumple un año. La institución granadina trabaja en colaboración con el Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación para devolver la vida a los bienes dañados en museos, archivos, centros culturales e iglesias de las localidades más golpeadas por la catástrofe.
La UGR ha recordado que aquella riada fue una de las más devastadoras de las últimas décadas, con un balance trágico de 229 personas fallecidas y cientos de miles de afectados. En este aniversario, la universidad ha expresado su solidaridad y afecto hacia las víctimas y sus familias, al tiempo que reafirma su papel activo en la recuperación del patrimonio cultural perdido bajo las aguas y el barro.
“El patrimonio arrasado por la DANA forma parte de la memoria viva de los pueblos afectados. Restaurarlo es recuperar su historia, su identidad y su valor simbólico como testimonio de vida y gestión colectiva”, ha señalado la institución.
Los equipos de conservación trabajan con materiales especialmente frágiles, como madera, papel, lienzo o tejidos, que resultaron severamente dañados por la humedad y los sedimentos. Muchos de los bienes culturales proceden de museos locales, archivos municipales e iglesias históricas, y representan un legado irremplazable para las comunidades afectadas.
Protocolo para salvar las piezas
Tras la fase inicial de emergencia, en la que se priorizó la evaluación del daño y la conservación preventiva, el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración estableció un protocolo de actuación adaptado al estado de cada pieza. Los bienes más gravemente afectados fueron trasladados a la Feria de Valencia, donde se habilitó un espacio de intervención urgente. Otros objetos permanecen en sus localidades de origen, pendientes de ser tratados en fases posteriores.
Los especialistas explican que, tras un desastre de esta magnitud, los procesos de restauración son largos y minuciosos. Se requiere identificar los materiales originales, estabilizar las piezas y eliminar la humedad, el moho o las sales acumuladas, antes de iniciar los tratamientos de reintegración y conservación definitiva.
“Son muchas las piezas que aún necesitan intervención. Todas ellas forman parte de la herencia material que estas comunidades recibieron y que debe ser disfrutada, protegida y transmitida a las generaciones futuras”, señala la UGR.
La colaboración entre la Universidad de Granada y el IVCR+i ha permitido unir conocimiento técnico, científico y humano en un esfuerzo conjunto por salvaguardar el patrimonio. Los restauradores destacan que, más allá del trabajo físico sobre las obras, este proceso tiene un fuerte componente emocional y simbólico: sanar los bienes es también sanar la memoria colectiva de los pueblos afectados.
La UGR ha puesto a disposición de la comunidad valenciana su Centro de Gestión y Restauración, un espacio especializado que ha asumido parte de las intervenciones más delicadas. Este centro, con amplia trayectoria en la conservación del patrimonio andaluz, aporta su experiencia en diagnóstico, restauración de materiales orgánicos y documentación técnica.
Nuevas piezas llegan a Granada para su restauración
En el marco de esta colaboración continua, el Centro de Gestión y Restauración de la Universidad de Granada recibió recientemente diez planos del Archivo Municipal de Alfafar y una escultura policromada de San Antonio Abad, procedente de la iglesia parroquial Nuestra Señora de Montserrat de Picanya. Ambas piezas sufrieron graves daños estructurales y superficiales tras la inundación y se encuentran ya en proceso de restauración.
Los trabajos se desarrollarán en varias fases, desde el examen técnico y diagnóstico inicial hasta la reintegración cromática y consolidación de materiales, pasando por los tratamientos de limpieza, desinfección y estabilización estructural. El objetivo, según la UGR, es restituir los valores semánticos, estéticos y funcionales perdidos a causa del desastre.
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Cada intervención se realiza siguiendo criterios de mínima invasión y máxima reversibilidad, en línea con las recomendaciones internacionales de conservación. De este modo, se garantiza la autenticidad de las piezas y su preservación a largo plazo.
El compromiso de la Universidad de Granada con la restauración del patrimonio va más allá del ámbito técnico, también implica apoyo institucional y humano a las comunidades afectadas. La UGR considera que su papel, como universidad pública con proyección internacional, es contribuir activamente a proteger y recuperar la memoria cultural de los territorios que han sufrido una pérdida tan profunda.
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