Más presunción que intención real. Es lo que parece en un primer momento el haber dejado escapar la idea de una posible moción de censura encabezada por Alberto Núñez Feijóo tras el ingreso en prisión del que hasta hace semanas era un hombre apegado al presidente y figura clave en el PSOE, Santos Cerdán. Pero, no parece que haya mucho gas en esta iniciativa, puesto que PNV, ERC y Podemos no están por la labor de un Gobierno del Partido Popular, mientras que los separatistas de Junts marcan la línea roja de que representantes populares viajen a Waterloo para reunirse con Puigdemont. Una propuesta que no compra el PP y que además rechaza Vox, el socio sin el que directamente no se puede ni empezar a caminar.
La ironía de Pilar Alegría
Es decir, que de momento todo se queda como está. De hecho, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha lanzado un dardo a su rival en la oposición recordando al PP, que ha iniciado este martes una ronda de contactos con los socios de la investidura para sondear una moción de censura, que esa herramienta parlamentaria es constructiva y por lo tanto necesitan «un candidato» y «un programa», dos cosas en las que «hacen agua».
«El Partido Popular sabe perfectamente que existe una herramienta democrática que es la moción de censura. Eso sí, saben también que para esa moción de censura tienen que plantear un candidato y un programa político alternativo. Y aquí, en ambas cosas, el PP hace aguas», ha afirmado irónicamente la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La visión de Vox
Por su parte, el portavoz adjunto de Vox en el Congreso, José María Figaredo, ha afirmado este martes que, si su partido no existiese o su apoyo no fuese imprescindible para una moción de censura, el PP «estaría ya rumbo a Waterloo», la ciudad belga donde reside el expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, para negociar con los independentistas e intentar desalojar a Pedro Sánchez del Palacio de la Moncloa.