El pasado sábado, RCD Mallorca y Real Madrid disputaban uno de los partidos del fin de semana en Primera División, que se disputaba en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, además de perder los tres puntos, uno de los capitanes de los mallorquines, Dani Rodríguez, incendió aún más a su propia afición y sobre todo, al vestuario, con unas palabras que le van a costar caro. Su club, días más tarde, anuncia uno de los castigos más severos que se recuerdan: suspensión de empleo y sueldo, además de la retirada de la capitanía.
Nada más acabar el duelo del Bernabéu, el mediocentro subió una imagen de sus familiares disfrutando del partido entre los dos equipos. Hasta aquí todo correcto, aunque el mensaje que dejó junto a la fotografía levantó todo tipo de polémicas: «Viaje con la ilusión de mis hijos por ver a su padre jugar en el Bernabéu. Lección y consejo importante para ellos: nunca esperes nada de nadie, y menos hoy en día, cuando la meritocracia, la cultura y el respeto por el trabajo brillan por su ausencia. Sacrifícate por tus sueños, aunque te pongan piedras en el camino, y siempre cree en ti mismo. Las cosas se ganan, no se regalan», relataba el jugador después de no disfrutar de ningún minuto.
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Esto no quedó aquí pues, tras todo lo que generó su ‘post’ de Instagram, decidió dejar un segundo comunicado, esta vez, a través de sus stories de la mencionada red social, lo que terminó de levantar todo tipo de polémicas. Comenzó queriendo «aclarar lo sucedido para que no haya malas interpretaciones», aunque el efecto conseguido fue todo lo contrario.
Dani Rodríguez asegura que «a mí no me molesta no jugar; es algo a lo que estoy acostumbrado después de toda una carrera». Aunque eso sí, lo que «no acepta» es «la falta de respeto hacia el compromiso y la dedicación. Me duele que un jugador que acaba de llegar, con un solo entrenamiento, tenga la oportunidad de jugar por delante de compañeros que llevamos años defendiendo esta camiseta con sudor y entrega, poniendo siempre al club por encima de todo. Ojalá Jan (Virgili) triunfe aquí y entre todos podamos ayudarle. Pero que algo así ocurra manda un mensaje horrible al vestuario: da igual el trabajo, la entrega o la lealtad. Eso es lo que me enfadó», aclaraba.
Por último, sentenció: «Que quede claro: este es el club de mi vida. Siempre he dado y daré el máximo por esta camiseta. Solo pido que se respete ese mismo compromiso. El sábado, ese respeto no estuvo ahí. Siempre con vosotros». Unas frases que le han costado la capitanía y la suspensión de empleo y sueldo durante un tiempo determinado.
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